En el mundo del cine, la ciencia a menudo se sacrifica en el altar del entretenimiento. Aunque las películas del género espacial nos han brindado algunas de las historias más emocionantes y visualmente impactantes, también son culpables de perpetuar una serie de conceptos erróneos sobre la física, la astronomía y la exploración espacial. Desde explosiones audibles en el vacío del espacio hasta la posibilidad de viajar más rápido que la luz, estas “mentiras” cinematográficas se han arraigado en la percepción pública sobre el cine del espacio.
1. Explosiones audibles
En el vacío del espacio, la ausencia de un medio material como el aire o el agua elimina la posibilidad de que las ondas de sonido se propaguen (salvo algunas excepciones). En la Tierra y en otros entornos con una atmósfera o un medio líquido, las ondas de sonido viajan al hacer vibrar las moléculas del medio. Estas vibraciones se transmiten de molécula a molécula, lo que nos permite escuchar sonidos. Sin embargo, en el espacio, donde no hay moléculas de aire o cualquier otro medio para transmitir estas vibraciones, el sonido no puede viajar.
Por lo tanto, cualquier explosión que ocurra en el espacio sería completamente silenciosa desde el punto de vista acústico. Aunque podríamos observar visualmente el evento, como la liberación de energía y la dispersión de escombros, no habría un componente auditivo. Este concepto es fundamental en la física del sonido y se contradice comúnmente en las representaciones en el cine del espacio, donde las explosiones espaciales a menudo se acompañan de efectos de sonido dramáticos para aumentar la tensión y el impacto emocional en la audiencia (no solo en Star Wars, ocurre en una amplía cantidad de películas de batallas espaciales).
3. El fuego en el cine del espacio
El fuego es un proceso químico que requiere tres componentes clave para ocurrir: un combustible, un oxidante y una fuente de calor. En la Tierra, el combustible suele ser algún tipo de material orgánico como la madera, el oxidante es el oxígeno presente en la atmósfera y la fuente de calor puede ser cualquier cosa, desde una chispa hasta una llama abierta. Este proceso de combustión produce energía en forma de calor y luz, y es posible gracias a la abundancia de oxígeno en la atmósfera terrestre.
En el vacío del espacio, la situación es completamente diferente. Primero, no hay atmósfera, lo que significa que no hay oxígeno disponible para actuar como oxidante. Sin un oxidante, la reacción química necesaria para la combustión no puede ocurrir. Incluso si se pudiera llevar oxígeno en algún tipo de contenedor, la ausencia de presión atmosférica en el espacio haría extremadamente difícil controlar o mantener una llama.
Por lo tanto, la representación de fuego en el espacio en películas como “Star Trek” no es solo científicamente inexacta, sino que también desafía las leyes fundamentales de la química y la física.
3. Gravedad artificial instantánea
La gravedad artificial es un concepto que a menudo se presenta en películas de ciencia ficción sin mucha explicación sobre cómo se logra (véase 2001, Odisea en el espacio, por ejemplo). En realidad, la creación de un campo gravitacional en una nave espacial requeriría tecnologías o métodos que actualmente son teóricos o altamente experimentales. Una de las formas más discutidas para generar gravedad artificial es mediante la aceleración constante. Según las leyes del movimiento de Newton, una aceleración constante en una dirección podría simular la sensación de gravedad en el interior de una nave. Sin embargo, esto requeriría una cantidad enorme de energía y recursos para mantener dicha aceleración durante un período prolongado.
Otra opción teórica es el uso de una masa rotativa para crear una fuerza centrípeta que simule la gravedad. Este método se basa en el principio de que un objeto en movimiento circular experimenta una fuerza dirigida hacia el centro del círculo. Sin embargo, esto también presenta desafíos, como la necesidad de un diseño estructural que pueda soportar las tensiones asociadas con la rotación constante.
Es cierto que hay teorías que implican el uso de campos gravitacionales generados mediante tecnologías avanzadas que aún no existen, como la manipulación directa de la curvatura del espacio-tiempo según la teoría de la relatividad general de Einstein, pero estaríamos rozando demasiado la ficción.
4. Respiración en planetas alienígenas
La composición atmosférica de planetas extraterrestres es una variable crítica que raramente se aborda de manera precisa en las películas del género espacial. La atmósfera de un planeta podría contener una variedad de gases que son tóxicos para los seres humanos, como el metano, el amoníaco o incluso niveles peligrosamente altos de dióxido de carbono. Por otro lado, la presión atmosférica podría ser significativamente diferente, lo que también afectaría la capacidad de un humano para respirar.
Incluso si un planeta tuviera oxígeno en su atmósfera, la concentración podría no ser suficiente para sustentar la vida humana. En la Tierra, la atmósfera es aproximadamente un 21% de oxígeno, una concentración muy específica que es el resultado de miles de millones de años de evolución biológica y procesos geológicos. Un porcentaje significativamente más alto o más bajo sería perjudicial o incluso letal.
Por lo tanto, la idea en el cine del espacio de que los personajes puedan simplemente aterrizar en un planeta extraterrestre y respirar libremente sin ningún tipo de equipo especializado (algo muy frecuente en episodios de Star Trek) es altamente improbable desde una perspectiva científica. En situaciones reales de exploración espacial, los astronautas tendrían que llevar trajes espaciales con sistemas de soporte vital para proporcionar el oxígeno necesario y eliminar los desechos de dióxido de carbono, además de protegerse contra posibles contaminantes atmosféricos y presiones diferentes a las que consideramos seguras.
5. Viajes a la velocidad de la luz
Según la teoría de la relatividad especial de Albert Einstein, la velocidad de la luz en el vacío es una constante universal que no puede ser superada por ningún objeto con masa. A medida que un objeto se acelera y se acerca a la velocidad de la luz, su energía cinética y, por lo tanto, su masa efectiva, aumentan exponencialmente.
La implicación práctica de esto es que, para acelerar un objeto con masa hasta la velocidad de la luz, se requeriría una cantidad infinita de energía. Por otro lado, los efectos relativistas, como la dilatación temporal, se volverían extremos, lo que significa que el tiempo se detendría desde el punto de vista del objeto en movimiento, otra consecuencia que desafía nuestra comprensión convencional de la realidad.
Muchas películas arreglan esto con viajes a través del espacio tiempo, “plegando el universo” para llegar a otros puntos de forma instantánea, aunque la mayoría se inventan una velocidad “hiper” salida de la manga.
6. Agujeros negros como portales
Aunque la teoría de la relatividad general de Albert Einstein permite teóricamente la existencia de “agujeros de gusano”, estructuras hipotéticas que conectarían dos puntos distantes en el espacio-tiempo, no hay evidencia empírica que respalde la idea de que un agujero negro funcione como un portal a otros universos o dimensiones. Los agujeros negros son regiones del espacio donde la gravedad es tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar una vez que ha cruzado el horizonte de eventos. Según las ecuaciones de la relatividad general, un agujero negro debería contener una singularidad en su centro, un punto donde la densidad de la materia es infinita y las leyes de la física tal como las conocemos se rompen.
En la cultura popular y en algunas películas, se ha especulado que un agujero negro podría actuar como un tipo de atajo o portal a otros lugares del universo o incluso a otros universos por completo. Sin embargo, estas ideas son en gran medida especulativas y no están respaldadas por observaciones científicas. Lo que sabemos es que cualquier objeto que entre en un agujero negro estaría irremediablemente perdido, seguramente destruido, lo que hace aún más improbable que sirvan como “portales”.
7. Asteroides cercanos
En realidad, los campos de asteroides, como el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, son mucho menos densos de lo que las películas suelen retratar. Los asteroides en estos campos están separados por distancias que pueden ser de millones de kilómetros. Dada esta vasta separación, la probabilidad de colisión entre asteroides, o entre una nave espacial y un asteroide, es extremadamente baja.
Las misiones espaciales que han pasado por campos de asteroides, como varias sondas enviadas a los planetas exteriores del sistema solar, han navegado sin incidentes. La representación en el cine del espacio de campos de asteroides como áreas densamente pobladas y peligrosas es, por lo tanto, altamente inexacta y engañosa.
8. Comunicación instantánea
Las señales electromagnéticas, que incluyen tanto las ondas de radio como las de microondas, viajan a una velocidad constante de aproximadamente 299,792 kilómetros por segundo en el vacío (la velocidad de la luz). Aunque esta velocidad puede parecer extremadamente rápida en el contexto terrestre, se convierte en un factor limitante significativo cuando se trata de comunicaciones en el espacio interestelar o incluso interplanetario.
Por ejemplo, la distancia promedio entre la Tierra y Marte es de aproximadamente 225 millones de kilómetros. Incluso a la velocidad de la luz, una señal de radio tardaría aproximadamente 12,5 minutos en viajar desde la Tierra hasta Marte. Este retraso se duplica cuando se considera la necesidad de una respuesta, resultando en un tiempo de ida y vuelta de aproximadamente 25 minutos.
En misiones más alejadas, como las que podrían dirigirse a los planetas exteriores del sistema solar o más allá, los retrasos en la comunicación podrían extenderse a horas o incluso días. Este retraso introduce desafíos significativos para la navegación, el control remoto de naves espaciales y la toma de decisiones en tiempo real.
Por lo tanto, la velocidad finita de las señales electromagnéticas impone una barrera fundamental a la velocidad y eficiencia de la comunicación en el espacio, algo que en el cine del espacio a menudo pasan por alto o ignoran por completo.
9. Movimiento de personas en el vacío del espacio
En el vacío del espacio, no hay resistencia del aire ni medio fluido que permita el movimiento mediante el “nado”. Según la tercera ley de Newton, cada acción tiene una reacción igual y opuesta, pero en el vacío del espacio, no hay nada contra lo que reaccionar. Por lo tanto, mover las extremidades de manera similar a como se hace al nadar no resultaría en un movimiento significativo.
Eso es posible verlo incluso en obras recientes relacionadas con el cine del espacio, y hasta en series como Invasion, aunque desde hace años se están respetando las normas incluyendo micro propulsores en los trajes espaciales.
10. Maniobras aéreas en el espacio
En el espacio, la ausencia de resistencia del aire o cualquier otro medio elimina la necesidad de realizar maniobras aerodinámicas como las que se ven en las aeronaves terrestres. En la Tierra, las aeronaves utilizan alas, timones y otros controles aerodinámicos para cambiar de dirección, ascender o descender. Estas maniobras son posibles gracias a la interacción entre la aeronave y la atmósfera de la Tierra.
En el vacío espacial, una nave cambiaría de dirección o velocidad mediante el uso de propulsores o motores de cohetes. Al expulsar masa en una dirección, la nave se movería en la dirección opuesta. Este principio es lo que permite a las naves espaciales maniobrar en el vacío sin la necesidad de interactuar con un medio externo, por lo que sobran las alas.
Por otro lado, debido a la falta de resistencia en el espacio, una vez que una nave espacial está en movimiento, continuará en esa trayectoria hasta que se aplique una fuerza externa, de acuerdo con la primera ley del movimiento de Newton. Esto significa que las naves espaciales no necesitan un empuje constante para mantener su velocidad, a diferencia de los vehículos en la Tierra que deben combatir factores como la fricción y la resistencia del aire.
El caso es que, aún así, se disfrutan bastante las peliculas de cine del espacio, aunque un poco de rigor científico ayudaría a todos a la hora de entender el Universo en el que vivimos.
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