La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un simple recurso futurista para convertirse en una herramienta polémica en la industria del cine. Mientras algunos defensores aplauden el uso de la IA para potenciar la creatividad y optimizar producciones, no todos en el gremio cinematográfico lo ven con buenos ojos. Entre los que manifiestan inquietudes destaca el reconocido actor Robert Downey Jr., quien ha declarado que no permitirá el uso de su imagen mediante IA sin su consentimiento, ni siquiera después de su muerte.
Esta declaración, realizada en el podcast “On With Kara Swisher“, introduce un nuevo ángulo en el debate: la preocupación de los actores no es solo por el impacto de la IA en su trabajo mientras están activos, sino también por el uso de sus imágenes una vez fallecidos. Downey ha sido enfático en proteger su legado y en advertir a futuros ejecutivos que intenten replicarlo digitalmente. “Mis abogados seguirán trabajando cuando yo muera”, afirmó con contundencia, mostrando así su determinación de no ceder ni siquiera en un hipotético futuro.
Conocido por su interpretación de Tony Stark, alias Iron Man, en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), Downey reveló que, aunque confía en los actuales líderes de Marvel para respetar su decisión, no descarta posibles problemas con directivos futuros. Si bien dice no perder el sueño por el tema, advierte estar preparado para iniciar acciones legales contra quienes intenten traer de vuelta su icónica imagen mediante IA sin su permiso. Con una postura firme, dejó claro: “Tengo la intención de demandar a todos esos futuros ejecutivos”.
Las inquietudes de Robert Downey Jr. no son aisladas. La tecnología de IA permite hoy replicar a actores en pantalla con un realismo notable, al punto de poder “resucitar” personajes para prolongar franquicias o completar producciones. Este uso plantea una pregunta ética clave: ¿es legítimo que los estudios digitales sigan usando la imagen de actores fallecidos, en ausencia de un consentimiento específico? Para Downey, se trata de una distorsión del arte de actuar, pues considera que las empresas tecnológicas trivializan el valor humano detrás de la interpretación, reduciéndolo a un producto en la cadena del avance digital.
En medio de esta controversia, el propio Robert Downey Jr. continúa activo en Hollywood y en el universo Marvel, donde ya ha dejado su rol de héroe para retomar la pantalla como el villano Doctor Doom en la próxima entrega “Avengers: Doomsday”, proyectada para 2026. Este papel marca un giro radical en su carrera, alejándose de su recordado Tony Stark y explorando nuevos territorios en su trayectoria.
La controversia por el uso de IA y los derechos de imagen no es nueva en Hollywood. La reciente huelga de SAG-AFTRA (Sindicato de Actores de Cine y la Federación Americana de Artistas de Radio y Televisión) evidenció la magnitud de estas preocupaciones en el sector. La IA fue uno de los puntos centrales de las demandas sindicales, que exigieron garantías frente a la digitalización de los actores sin autorización, una práctica que, según el sindicato, erosiona los derechos y la autonomía de los intérpretes en un mercado cada vez más automatizado.
El conflicto ha llegado a los tribunales, y California tomó la delantera en septiembre pasado cuando el gobernador Gavin Newsom aprobó una ley que prohíbe el uso no autorizado de la imagen de actores fallecidos. Esta medida, promovida con fuerza por SAG-AFTRA, busca proteger los derechos póstumos de los intérpretes y evitar que sus imágenes sean manipuladas sin consentimiento expreso. Este nuevo marco legal es, según muchos en la industria, un primer paso crucial hacia la protección de los derechos de imagen en la era de la inteligencia artificial.