No siempre realismo es sinónimo de éxito, especialmente en el mundo de los videojuegos. Ese parece ser el caso de InZOI, el simulador de vida desarrollado por Krafton, que, tras un arranque prometedor, enfrenta una preocupante fuga de jugadores. Lo que comenzó como un proyecto con ambición de competir con títulos legendarios como The Sims, hoy navega en aguas turbulentas, con un 85% menos de usuarios activos en apenas dos semanas.
El lanzamiento de InZOI a finales de marzo fue recibido con entusiasmo. Las ventas superaron el millón de copias en la primera semana, y en Steam, la plataforma de distribución digital, alcanzó un pico de 87.377 jugadores conectados al mismo tiempo. Las expectativas eran altas, y muchos vieron en este simulador una alternativa fresca en un género dominado por pocos.
Pero el optimismo duró poco. Dos semanas después, las cifras se desplomaron: apenas 12.950 jugadores simultáneos, un descenso del 85%. El promedio diario también cayó en picada, de 63.799 a poco más de 10.000. ¿Qué pasó? Las críticas apuntan a un problema común en los lanzamientos modernos: falta de contenido. Los usuarios esperaban un juego más pulido, con interacciones sociales fluidas y una inteligencia artificial convincente, pero se encontraron con limitaciones y mecánicas poco intuitivas.
Krafton ahora enfrenta el reto de recuperar la confianza de su audiencia. Las quejas más recurrentes giran en torno a la poca profundidad de las relaciones virtuales dentro del juego, así como a la ausencia de guías claras para nuevos jugadores. Si la compañía no actúa rápido con actualizaciones significativas, InZOI podría quedar como otro caso de potencial desperdiciado en la industria.