🦠 Virus creados por IA: ¿Avance o amenaza?

virus IA

La inteligencia artificial ha superado una nueva frontera científica. Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha logrado diseñar virus funcionales desde cero utilizando un modelo de inteligencia artificial (IA), llamado Evo. Este desarrollo en la biotecnología moderna plantea interrogantes sobre sus aplicaciones médicas y los riesgos potenciales que podrían derivarse.

El modelo Evo ha sido entrenado con los genomas de dos millones de bacteriófagos. A partir de esa base de datos, generó 302 genomas candidatos que fueron sintetizados en laboratorio y probados en bacterias E. coli. De todos los intentos, 16 virus lograron infectar y destruir las bacterias, lo que confirma que la IA puede crear código genético funcional sin replicar estructuras conocidas. Los científicos eligieron como referencia el virus phiX174, ampliamente utilizado en laboratorios por su tamaño reducido: apenas 11 genes y 5 000 letras de ADN.

Expertos como Jef Boeke, de NYU Langone Health, han destacado que los virus generados no son simples modificaciones. Presentan genes reorganizados y secuencias inéditas que desafían las reglas biológicas establecidas. Este fenómeno sugiere que la inteligencia artificial ha descubierto soluciones que los humanos no habían considerado.

La creación de virus por IA no representa un fenómeno aislado. Modelos como LucaProt han identificado más de 160 000 especies de virus de ARN mediante el análisis de bases de datos genómicas. Sin embargo, encontrar virus existentes difiere sustancialmente de diseñarlos desde cero. La diferencia radica en la capacidad de generar organismos completamente nuevos con funciones específicas.

Las implicaciones médicas resultan evidentes. Los bacteriófagos pueden combatir bacterias resistentes a antibióticos, y diseñarlos a medida permitiría desarrollar terapias génicas más precisas. No obstante, este mismo potencial plantea preocupaciones. La tecnología podría utilizarse para crear patógenos peligrosos si se aplicara a virus que afectan a humanos.

Los autores del estudio han tomado precauciones. Excluyeron información sobre virus humanos en el entrenamiento del modelo Evo. A pesar de ello, el método existe, y figuras como J. Craig Venter, pionero en genomas sintéticos, han advertido sobre los riesgos. Con los datos y técnicas adecuados, sería posible diseñar virus como el ántrax o la viruela mediante inteligencia artificial.

La IA también ha facilitado descubrimientos en entornos marinos. Investigadores han identificado 230 virus gigantes en los océanos utilizando herramientas similares. Estos organismos influyen en procesos como la fotosíntesis, lo que amplía el espectro de aplicaciones científicas.

A pesar del avance, las limitaciones actuales son significativas. El genoma de E. coli contiene 4,6 millones de bases, mientras que el virus recreado apenas alcanza las 5 000. Diseñar bacterias completas requeriría una capacidad computacional y métodos de síntesis que aún no existen. Los genomas de organismos más complejos, con cientos de millones de bases, permanecen fuera del alcance de la tecnología actual.

La visión a largo plazo contempla laboratorios automatizados donde la IA propone genomas, robots los construyen y sistemas los prueban en ciclos continuos. Jason Kelly, de Ginkgo Bioworks, compara esta perspectiva con los proyectos científicos más ambiciosos de la historia. Por ahora, el desarrollo se encuentra en una etapa inicial, pero podría transformar la biología de manera profunda.

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