
Microsoft ha apostado con fuerza por la inteligencia artificial como eje de su estrategia tecnológica. La inversión multimillonaria en OpenAI, el desarrollo de modelos de lenguaje propios y la incorporación constante de funciones basadas en IA en sus productos reflejan una decisión firme. Sin embargo, esta orientación ha generado malestar entre los usuarios de Windows, quienes han comenzado a manifestar su inconformidad.
El presidente de Windows, Pavan Davuluri, compartió recientemente en su cuenta de X una visión sobre el futuro del sistema operativo. En su mensaje, afirmó que Windows evolucionará hacia un sistema con agentes inteligentes, capaz de conectar dispositivos, la nube y la IA para mejorar la productividad y garantizar condiciones seguras de trabajo desde cualquier lugar. El anuncio incluyó un enlace a una sesión de la conferencia Microsoft Ignite, dedicada a mostrar cómo la IA en Windows impulsa la innovación y genera impacto.
Las reacciones al mensaje no tardaron en aparecer. Numerosos usuarios criticaron la publicación y acusaron a Davuluri de diseñar un producto orientado a satisfacer a los accionistas. Algunos comentarios señalaron que Microsoft está empujando a los usuarios hacia sistemas alternativos como Mac y Linux. Uno de los mensajes más contundentes calificó a Windows como un sistema plagado de errores, incapaz de ofrecer estabilidad en entornos empresariales.
El énfasis en Copilot y otras funciones de IA ha desplazado la atención sobre aspectos esenciales del sistema operativo. El Explorador de archivos de Windows 11, por ejemplo, ha presentado problemas de rendimiento desde la actualización 23H2. Las correcciones lanzadas por Microsoft no han resuelto los inconvenientes y, en algunos casos, han generado nuevos fallos.
Los parches mensuales también han generado frustración. Entre los problemas más reportados se encuentran la duplicación del Administrador de tareas, que consume excesiva memoria RAM, fallos de autenticación que impiden el inicio de sesión y actualizaciones que afectan el funcionamiento de periféricos. Mientras tanto, la dirección de la empresa se concentra en iniciativas como «Hey Copilot» o el asistente Mico, sucesor de Clippy, que busca competir con Wikipedia.
La distancia entre los usuarios y los responsables del desarrollo de Windows se ha ampliado con la llegada de los Copilot+PC. Estos dispositivos, equipados con procesadores Qualcomm, reciben funciones exclusivas que no están disponibles para millones de usuarios. Esta decisión ha generado incomodidad, especialmente entre quienes aún enfrentan errores sin solución, como el bug persistente en la barra de tareas.
A pesar del impulso, Microsoft no ha logrado consolidar el éxito de sus funciones de IA. Bing, que integró ChatGPT de forma gratuita en su aplicación, no ha conseguido aumentar su participación en el mercado de buscadores. Copilot, por su parte, cuenta con apenas 20 millones de usuarios semanales, una cifra muy inferior a los 400 millones que utiliza ChatGPT.
Otro ejemplo de esta desconexión es Recall, la función de memoria fotográfica de Windows 11. Presentada en 2024 como una revolución impulsada por IA, fue objeto de críticas por parte de investigadores de seguridad, quienes alertaron sobre riesgos para la privacidad. Microsoft retrasó su lanzamiento casi un año para corregir los fallos, pero el interés del público ya había disminuido. Recall debutó en abril de 2025 sin generar impacto.
El enfoque actual de Windows 11 se centra en las capacidades agénticas. Voceros como Bill Gates y otros promotores de la IA han prometido un futuro en el que los agentes inteligentes facilitarán la vida cotidiana. Sin embargo, algunos de estos sistemas han planteado preocupaciones sobre la seguridad de los datos, como ocurre con ChatGPT Atlas, el navegador de OpenAI.
Microsoft probablemente mantendrá esta estrategia para satisfacer a sus accionistas. Mientras tanto, usuarios individuales y gobiernos seguirán explorando alternativas. Países como Alemania y Francia ya han migrado hacia el software libre con el objetivo de recuperar el control sobre sus datos.
