“Las leyendas negras de ‘El exorcista’ son simples habladurías”. Así se manifestaba Linda Blair (Missouri, 1959) hace unos años en una rueda de prensa en la Universidad de Málaga, donde recibió un premio en homenaje a su carrera.
¿Su carrera? En realidad, Blair tan solo es homenajeable por Regan MacNeill, la niña poseída por Lucifer que traía de cabeza al Padre Karras en el mítico film dirigido por William Friedkin en 1973, para muchos la película más terrorífica de todos los tiempos. Incluso cincuenta años después puede hacerles sombra a las mejores películas de terror actuales, y desde luego es una de esas películas de miedo que no querrás volver a ver nunca.
Ahora bien, a pesar de ser la protagonista de una de las películas más famosas de todos los tiempos, todo lo que ocurrió después en la vida y en la carrera artística de Linda Blair forma parte de una de las historias más oscuras nunca conocidas por Hollywood. Al igual que lo que pasó con la niña de ‘The Ring’, Daveigh Chase, la niña prodigio no logró escapar de su papel más famoso.
Poco importa que nueve personas involucradas en la película murieran poco antes o después del estreno de la película, que un extraño incendio arrasara con uno de los decorados o que las dos intérpretes principales de la película (Blair y Ellen Burstyn) se lesionaran durante el rodaje víctimas de fatalidades varias. El verdadero poltergeist de ‘El exorcista’ guarda relación con el inexplicable ocaso sufrido por la carrera de la joven actriz tras su exitoso papel en la película, que le valió un Globo de Oro y una nominación al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto.
Blair tenía entonces 13 años y toda una vida por delante, por lo que pocos podían imaginar que aquel iba a ser el único trabajo realmente reseñable de su carrera. Tan alargada fue la oscura sombra de Regan MacNeill que en Hollywood empezó a correr el rumor de que aquella niña (a la que constantemente le preguntaban si era mentalmente estable) arrastraba consigo una especie de maldición, y que contratarla era sinónimo de fatalidad.
La televisión y la serie B absorbió sin suerte su desperdiciado talento en producciones de baja estofa como ‘Nacida inocente’ (Donald Wrye, 1974) o ‘Dulce secuestro’ (Lee Phillips, 1975). Por aquel entonces, siendo solo una adoelscente, se fue a vivir con el cantante australiano Rick Springfield. En 1977 volvió a encarnar a Regan en la olvidable secuela de ‘El exorcista’ (‘El hereje’, de John Boorman) pero ni por estas logró recuperar la confianza de una industria que ya la había defenestrado, especialmente tras su notable aumento de peso.
En 1977 fue arrestada por posesión y distribución de cocaína y anfetaminas. Fue condenada a tres años de trabajos para la comunidad y obligada a ingresar durante 9 meses en un centro de desintoxicación. Logró superar sus adicciones, pero poco después ingresó en un hospital psiquiátrico por depresión. Tras recuperarse de su enfermedad, quiso demostrarle al mundo entero que había recuperado su esbelta figura y empezó a posar desnuda en diferentes publicaciones eróticas como Playboy.
Linda Blair por otros derroteros
Parecía obvio que el cine ya la había olvidado para siempre, así que redirigió su vida por otros derroteros. Se hizo vegana y publicó un libro sobre las bondades de su régimen alimenticio, lanzó su propia linea de moda (Linda Blair’s Wild West Collection) y fundó la institución Linda Blair WorldHeart Foundation dedicada a la protección de los derechos de los animales.
En las últimas décadas la hemos podido ver apareciendo muy de refilón en ‘Scream’ (Wes Craven, 1996), asomando la cabeza por distintas TV movies y protagonizando un episodio de la serie ‘Sobrenatural’. Pero de eso hace ya mucho tiempo, y es que la ficha de Blair en IMDb se ralentiza, especialmente desde 2008, y poco hemos podido disfrutar de ella en ninguna pantalla (ni grande ni pequeña).
Coincidiendo con el estreno en 450 cines de Estados Unidos de la versión íntegra de ‘El exorcista’ en 2010, poco antes de su lanzamiento en Blu-Ray, fue reclamada de nuevo para promocionar el negocio. Entonces declaró: “sin duda, la película me cambió la vida”. No hace falta que lo jures, Linda.
Eso sí, en 2004 fundó la Linda Blair WorldHeart Foundation, asociación que trabaja para rescatar animales maltratados o abandonados.
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