El pasado martes 12 de marzo, la World Wide Web, una de las invenciones más revolucionarias en la historia humana, celebró su 35 aniversario. En conmemoración de este hito, su inventor, Tim Berners-Lee, compartió tres predicciones sorprendentes para el futuro de la tecnología.
Berners-Lee, reconocido como el creador de la web, fue entrevistado por la cadena estadounidense CNBC en relación al aniversario de su creación. Durante la entrevista, reveló sus visiones sobre el futuro de la inteligencia artificial, el control de datos y el destino de las grandes empresas tecnológicas.
Asistentes de IA para todos
La primera predicción de Berners-Lee es que, en un futuro no muy lejano, todos contarán con un asistente personal impulsado por inteligencia artificial. Este asistente se encargará de tareas que normalmente realizan profesionales como médicos, banqueros o comerciantes.
Con el rápido avance de la inteligencia artificial, esta predicción no parece descabellada. Ya existen ejemplos de IA, como ChatGPT, que han evolucionado de responder preguntas básicas a comportarse de manera similar a un humano, incluso jugando partidas de ajedrez.
Control de nuestros datos
La segunda predicción de Berners-Lee se refiere a la gestión de nuestros datos en internet. Según él, en el futuro, los usuarios tendrán el control total de sus datos, en lugar de ser controlados por gigantes tecnológicos como Google, Meta, Amazon, Apple o Microsoft.
Berners-Lee cree que esto será posible gracias a los “pods”, una tecnología que concentrará todos nuestros datos en un solo dispositivo o almacenamiento. De hecho, el propio Berners-Lee está trabajando en esta tecnología a través de su startup, Inrupt.
Caída de un gigante tecnológico
La última predicción de Berners-Lee es que una de las grandes empresas tecnológicas quebrará, posiblemente debido a nuevas regulaciones. Tanto en Estados Unidos como en Europa, los gobiernos están buscando regular más la tecnología. Aquellas empresas que no cumplan con estas regulaciones podrían enfrentar multas severas, incluso hasta el 20% de sus ingresos anuales globales.
Aunque la disolución de una gran empresa parece improbable, la combinación de regulación y cambios rápidos en los monopolios tecnológicos, especialmente en el campo de la IA, podría llevar al cierre de una o varias de estas.