La Antártida, un lugar de extremos y misterios, es ahora el escenario de una sorprendente historia que ha capturado la atención de muchos. ¿Quién podría imaginar que en medio de sus heladas tierras alguien disfrutaría de partidas en Steam? Lo que comenzó como una curiosidad en el mapa de actividad global de la plataforma de Valve se convirtió en una asombrosa realidad cuando Gonzalo Forneron contactó a través del correo electrónico para confirmar que su hermano, Rodrigo, estaba en el Polo Sur y ocasionalmente jugaba en Steam.
A partir de esta inesperada revelación, Vida Extra entrevistó a Rodrigo, un joven argentino de 24 años, quien desde hace meses se encuentra en la remota Base Belgrano II realizando actividades como estudiante avanzado de ingeniería electrónica.
Ubicada en la lejana región de la Tierra de Cotas, a 1 300 kilómetros del polo Sur geográfico, la Base Belgrano II es una instalación científica establecida por el Gobierno argentino en 1979. Rodrigo comparte detalles de los rigurosos procesos de selección y preparación que preceden a su estadía en este lugar inhóspito, donde la vida y el trabajo se desarrollan en condiciones extremas.
Tras superar pruebas teóricas y sicológicas, Rodrigo zarpa hacia la Antártida a bordo del Rompehielos Almirante Irizar, enfrentando las turbulentas aguas del estrecho de Drake antes de llegar a su destino. Una vez en la base, se sumerge en su rol como Técnico Científico, encargado del mantenimiento y control de instrumentos utilizados en estudios meteorológicos y científicos diversos, contribuyendo a la comprensión de la atmósfera y la geología antárticas.
A pesar de las extremas condiciones y la lejanía de sus seres queridos, Rodrigo encuentra un escape en los videojuegos, dedicando unas horas diarias a disfrutar de títulos como Dark Souls, Fallout y The Witcher en su PC portátil, y comprobó que puede jugar a través de Steam sin problemas. Sin embargo, la conexión a internet limitada y la prioridad de los datos científicos presentan desafíos adicionales, restringiendo su acceso a la red.
Esta fascinante historia revela cómo la pasión por los videojuegos trasciende las fronteras geográficas y desafía incluso las condiciones más adversas. En medio de la soledad y el aislamiento, Rodrigo encuentra en Steam un refugio virtual donde la diversión y la aventura continúan, demostrando que, incluso en los rincones más remotos de la Tierra, el espíritu humano encuentra formas de entretenimiento.