🐉 Análisis de Baldur’s Gate 3: Un ambicioso homenaje a todo lo que D&D representa

DALL-E.

¿Qué es un RPG? Esta pregunta puede ser más desafiante de lo que parece. Las siglas RPG provienen del inglés Role Playing Game, lo que podríamos traducir como juego de rol. Sin embargo, con la gran cantidad de videojuegos actuales que se clasifican como RPG, donde no siempre se juega un rol significativo, y otros que contienen elementos de juego de roles, pero no se clasifican como RPG, está claro que la definición no es tan simple. Tal vez sea más útil buscar lo que los define en su fuente de inspiración. Una de las principales inspiraciones de todos los videojuegos RPG puede rastrearse, directa o indirectamente, a los juegos de rol de mesa, siendo Dungeons & Dragons el más famoso e influyente sin duda alguna.

Entre todos los subgéneros de videojuegos RPG, los que han permanecido más fieles a sus orígenes en los juegos de rol de mesa son los conocidos como CRPG. Las siglas CRPG provienen de Computer Role Playing Game (juego de rol de computadora), término que originalmente se usaba para distinguir entre los RPG de mesa y los videojuegos en una época donde no había tantos videojuegos RPG. Sin embargo, actualmente CRPG ha pasado a denotar ese subgénero dentro de los videojuegos RPG más clásico y fiel a sus orígenes, que a menudo se contrasta con los RPG de acción.

Esta introducción es especialmente relevante en el caso de Baldur’s Gate 3, el juego más reciente de Larian Studios, la compañía detrás de la exitosa serie Divinity. Baldur’s Gate 3 es un CRPG y además está basado en el universo de la franquicia Dungeons & Dragons. Más allá de eso, reproduce la experiencia de jugar D&D de mesa como ningún otro juego antes visto, al mismo tiempo que lo adapta a la experiencia moderna para el público actual sin escatimar en nada.

El objetivo que Larian Studios se propuso con este juego fue sin duda tremendamente ambicioso en muchos niveles. La recepción que ha tenido por parte del público y los medios ha demostrado que han tenido un gran éxito. Tanto, que se han generado controversias en diversas plataformas sobre las expectativas que un juego como este crea en los jugadores y las posibilidades de otros estudios para cumplirlas.

Por lo tanto, analicemos qué ha hecho bien y mal este juego, evaluando varios aspectos en detalle.

Narrativa interconectada, viva y personal

Al igual que sus predecesores en la saga Baldur’s Gate, este juego se sitúa en el universo de los Reinos Olvidados, que constituye el escenario más común para Dungeons & Dragons. Por lo tanto, hereda un lore extenso y detallado sobre el cual construir sus historias.

El juego se ubica varios años después de los anteriores y no es una continuación de la historia de estos y de sus personajes, sino una nueva. Sin embargo, será posible encontrarse con varios personajes que los jugadores veteranos de la saga podrán reconocer y con los cuales podrán ponerse al día.

La premisa de la historia es que un grupo de personajes diversos son capturados e infectados con un parásito que potencialmente los convertirá en monstruos si no logran deshacerse de ellos a tiempo. Esto crea la excusa perfecta para que este grupo de personajes únicos, con poco en común más allá de su situación actual, tengan una razón para unirse y luchar juntos. Como motivación inicial funciona muy bien. Pero como toda buena historia, ese inicio simple comienza a hacerse mucho más interesante y complejo a medida que avanzamos, planteando innumerables preguntas y misterios que iremos resolviendo más adelante.

Paralelamente a la historia principal, también tendremos las particulares de cada uno de nuestros compañeros. Al principio no conocemos mucho de ellos, pero poco a poco iremos descubriendo más y pronto nos daremos cuenta de que ninguno de ellos es ordinario y que todos tienen un pasado interesante por desvelar. Y no solo pasado, sino que sus historias continúan desarrollándose durante el transcurso del juego y ofreciéndonos atrayentes arcos para cada uno de ellos, con sus correspondientes evoluciones de personajes muy bien logradas.

Además, tenemos todas las tramas secundarias relacionadas con los eventos que están ocurriendo a nuestro alrededor y los diversos personajes con los que nos vamos encontrando. Algunas son más importantes y otras menos, como es lógico, pero en general en todos los casos son lo suficientemente interesantes para sentirnos involucrados en ellas cuando las resolvemos, y ninguna se siente como otra tarea genérica.

Hasta aquí podría estar describiendo cualquier otro juego con buenas tramas y subtramas. Pero donde Larian nuevamente va más allá es en la interconexión entre todas estas historias de distintos tipos. Podemos iniciar una historia secundaria sobre algún evento que nos encontramos y luego descubrir que está íntimamente relacionada con uno de nuestros compañeros, el cual a su vez está más relacionado con la trama principal de lo que creías al principio. Las líneas entre unas historias y otras se difuminan constantemente a lo largo del juego y todas se afectan entre sí más de lo que parecería posible. Incluso cuando dos misiones pueden no estar relacionadas narrativamente de forma directa, no es raro encontrar que una decisión que tomamos en una tiene un impacto de alguna forma en la otra.

La historia del juego apunta a crear una sensación de un mundo vivo a través de la interconexión entre sus distintas partes, así como a motivar el juego de rol a partir de la noción de que todas tus decisiones importan más de lo que crees, ya sea en momentos a corto plazo como muchas horas después, desde consecuencias obvias hasta otras más inesperadas.

La experiencia clásica de D&D en un videojuego

Al principio, mencionamos cómo Baldur’s Gate 3 ha logrado reproducir la experiencia de jugar D&D de mesa en un videojuego como ningún otro. Esto se refiere a dos factores, uno objetivo y otro más subjetivo.

Desde un punto de vista objetivo, Baldur’s Gate 3 reproduce el sistema de mecánicas de la Quinta Edición de D&D, incluyendo todas las tiradas de dados, chequeos de habilidades, todas las clases y subclases, todos los hechizos, descansos, iniciativa, ventaja y mucho más. Larian tuvo que hacer algunos ajustes menores para adaptarse a la experiencia de un videojuego, pero son mínimos en comparación con el conjunto total, y la reproducción de las reglas es muy fiel en general. Es asombroso cómo lograron hacerlo de una forma que tiene toda la profundidad que un fan del juego de mesa podría buscar, manteniendo al mismo tiempo una presentación fácil de digerir para los recién llegados. De hecho, el juego podría terminar siendo la entrada perfecta para muchos interesados en D&D que hasta ahora no se habían decidido a jugar por temor a tener que dominar un complejo y extenso libro de reglas.

Muchas acciones conllevan un chequeo de habilidad, realizado con un dado de 20 caras, tal como en un juego de mesa de D&D. Captura.

El segundo factor, más subjetivo, se refiere a lo que realmente implica una experiencia de juego de rol de mesa, más allá de las mecánicas específicas. Se trata de una oportunidad para desatar nuestra creatividad, asumir el control del personaje que creamos como decidamos, buscar soluciones creativas a los problemas y crear una historia durante el juego que será única e irrepetible para nuestro personaje. Algunos dirían que esto es lo que realmente debería implicar cualquier juego de rol. Y Baldur’s Gate 3 logra todo esto, tanto a través de una multitud de decisiones que puedes tomar en la historia como a través de la libertad de las mecánicas del juego.

En cada situación siempre habrá múltiples formas distintas de resolverla. ¿Hay una puerta cerrada? Puedes usar ganzúas para abrirla o bien derribarla si tienes suficiente fuerza. ¿Hay un grupo de enemigos difíciles de derrotar? Puedes buscar varios barriles explosivos y colocarlos estratégicamente o dispararle a un objeto pesado para que caiga sobre sus cabezas. O simplemente puedes usar algo de engaño o persuasión y evitar la pelea por completo. Si en algún momento durante el juego te preguntas “¿Se podrá hacer X?”, lo más probable es que la respuesta sea sí.

Además, hay varias mecánicas del juego que potencian esta libertad. Los hechizos no son solo para el combate; varios tienen mucha utilidad fuera de este. Hay hechizos para hablar con animales, hablar con los muertos y disfrazarte de otras razas, lo cual abre muchas posibilidades para el diálogo y obtener información. Con un poco de creatividad puedes usarlos también en otras formas. Por ejemplo, si hay un agujero por el cual tu medio-orco no puede pasar, puedes transformarte en un mediano y entrar.

Otro ejemplo serían los efectos elementales que puedes combinar en formas muy creativas. Si esparces aceite en una zona, los enemigos podrán resbalarse y caer; pero además puedes añadir un poco de fuego para incendiar toda la zona y dañar a los enemigos (y a veces a ti mismo si no tienes cuidado). Si luego usas un hechizo de hielo en la misma zona, apagarás las llamas y crearás agua, la cual podrás electrificar. Es un sistema muy flexible que permite numerosas combinaciones interesantes. El juego cuenta con una gran cantidad de mecánicas, demasiadas para mencionarlas todas. El tema común en todas ellas es la intención de premiar la creatividad de los jugadores y el uso de combinaciones inesperadas.

Sin embargo, hay algunos elementos que hacen que la jugabilidad no sea perfecta en todos sus aspectos. Uno de ellos es el manejo de la cámara y el movimiento de los personajes. Utiliza un esquema muy común en los CRPG, con una cámara situada sobre los personajes, similar a la vista isométrica de muchos de estos juegos, y movimiento de los personajes mediante clics con el mouse. Este esquema es muy útil para permitir todas las interacciones que el juego soporta, pero puede resultar un punto de fricción para muchos jugadores acostumbrados al movimiento más fluido de otros títulos. De hecho, esta es una de las principales razones por las que algunos jugadores han mencionado que prefieren el esquema de control por mando sobre el de teclado y ratón.

Otro aspecto jugable que puede resultar tedioso es el manejo del inventario. En el juego es común poder recoger multitud de objetos, ya sea en cofres, o después de derrotar a enemigos en combate, entre otras formas posibles. Estos objetos se van acumulando en el inventario y después de un tiempo nos encontramos sobrecargados de peso o simplemente se vuelve difícil encontrar entre todos los objetos los que necesitamos. En otras palabras, cada cierto tiempo necesitaremos hacer una reorganización de nuestro inventario. Larian ha incluido varias herramientas muy útiles en su interfaz que facilitan este proceso, como varios tipos de filtros y ordenamientos, formas eficientes de seleccionar varios objetos a la vez, facilidad para transferirlos de un lugar a otro y la posibilidad de marcarlos como mercancía. No obstante, no evitan que el proceso de tener que organizar el inventario resulte algo tedioso e incómodo en general.

Dicho esto, hay que aclarar que estos pequeños inconvenientes en la jugabilidad solo opacan muy ligeramente la experiencia general, que cumple muy satisfactoriamente con las ambiciones muy altas que se propusieron.

Llega el combate ¡Lanza iniciativa!

Las peleas en Baldur’s Gate 3 funcionan con un sistema de combate táctico por turnos, siguiendo de cerca las reglas de D&D 5ta edición. Incluye ciertas variaciones con respecto a las reglas tradicionales para adaptarlo mejor a un videojuego, pero la mayor parte es idéntica a las originales. Incluso varios de los cambios, como las habilidades especiales de cada tipo de arma, han sido descritos como mejoras que podrían ser consideradas para añadirlas en partidas de D&D tradicionales.

Es importante reconocer que un combate por turnos no es del gusto de todos, especialmente de aquellos más familiarizados con los RPG de acción. Sin embargo, dentro de los combates de este tipo, el de Baldur’s Gate 3 funciona a la perfección. Las reglas que usa, tanto la base de D&D 5E como las mejoras añadidas, funcionan muy satisfactoriamente. Además, en el combate se aplica la misma filosofía del resto del juego, brindando múltiples posibilidades para resolver una situación y premiando la creatividad.

El entorno es un combatiente más, a veces el más importante. Si lo usas inteligentemente puedes obtener una gran ventaja y si se usa contra ti puedes sufrir bastante contra enemigos que no eran tan fuertes por sí solos. El posicionamiento es muy importante a la hora de hacer ataques a distancia. Una gran cantidad de objetos pueden ser empujados o rotos para hacerlos caer sobre los enemigos. Cualquier objeto o superficie con fuego o ácido puede ser usada para añadir ese efecto a las armas. Varios hechizos y objetos pueden usarse para crear superficies de distintos tipos que interactúan de forma natural con ciertos efectos, como fuego sobre grasa y agua sobre fuego, entre otros que mencionábamos antes. Los precipicios siempre son una forma rápida de eliminar enemigos si logras que se ubiquen donde quieres. Y lo mejor es la infinidad de formas en que es posible combinar todos estos elementos mencionados y más.

En muchos otros juegos con combate por turnos, no es inusual que después de cierto tiempo, cuando ya dominas las mecánicas y las distintas habilidades, el combate se vuelva repetitivo e incluso aburrido, consistiendo prácticamente en repetir las mismas acciones una y otra vez. Pero en Baldur’s Gate 3 esto nunca sucede. En primer lugar, por la cantidad de opciones que mencionábamos. Y en segundo lugar porque se aprecia que Larian nunca se conforma con repetir la misma fórmula, sino que siempre buscan dar variedad a los enemigos y a las situaciones de los diferentes combates para evitar ese sentimiento de estar repitiendo lo mismo.

Un CRPG que entra por los ojos

Especialmente durante diálogos y cinemáticas es posible apreciar el nivel de detalle gráfico de sus personajes. Captura.

El apartado gráfico es un área donde los CRPG no suelen sobresalir. Esto no significa que se vean mal. A menudo, hay un excelente trabajo artístico y de diseño, y una estética que los complementa muy bien. Sin embargo, rara vez se comparan con los juegos de mayor presupuesto de la industria en términos de calidad técnica y nivel de detalle de sus gráficos.

Larian ha querido cambiar esta percepción con Baldur’s Gate 3, creando un juego que se ve realmente impresionante, sin tener nada que envidiar a otros juegos AAA del año en este aspecto. Los entornos de su mundo están muy bien modelados, aunque la posición de la cámara puede no ser la mejor para apreciar los pequeños detalles o los paisajes distantes. Sin embargo, en las ocasiones en que sí es posible, el resultado es muy satisfactorio y sobrecogedor.

El mayor cuidado se ha puesto sin duda en los personajes. Todos los modelos y texturas, tanto de los personajes como de las ropas y armaduras, han sido trabajados con un gran nivel de detalle, lo que contribuye al tono general tan cinemático del juego.

Aunque no necesariamente aporta nada revolucionario en este aspecto, Larian ha demostrado que es posible que los CRPG se vean tan bien gráficamente como otros juegos con mayor presupuesto de su tiempo.

Una aventura épica también para los oídos

Es difícil no conmoverse ante la interpretación de ciertos temas en el juego. En este caso, The Weeping Dawn. Captura.

La banda sonora del juego cuenta con varios temas muy memorables. El trabajo de su compositor, Borislav Slavov, y de los diferentes intérpretes, es simplemente excepcional. Cada tema tiene su propia personalidad y nunca falla en situarte emocionalmente en la ubicación o momento del juego en que se usa. Al mismo tiempo, todos los temas son increíblemente memorables, del tipo que más adelante te encontrarás tarareando sin darte cuenta.

Como anécdota personal, recuerdo que estuve varios días con el tema de fondo que se usa durante la creación de personaje resonando en mi cabeza. Quizás en parte porque invertí más de una hora en esa tarea, pero sin dudas también por la calidad en la composición e interpretación de dicha canción, y el perfecto trabajo que hace para transportarte espiritualmente a ese mundo de fantasía e infinitas posibilidades.

Un juego muy bien logrado, pero aún no pulido

A pesar de todos los elementos destacados, Baldur’s Gate 3 no es un juego perfecto. Los problemas más notables se encuentran en su rendimiento y estabilidad.

Comparado con otros CRPG, el juego tiene unos requerimientos de hardware algo exigentes. Por lo tanto, no podrás jugarlo en cualquier PC, sino en una con prestaciones gráficas relativamente modernas, si quieres hacerlo de manera adecuada. Si cumples con estos requisitos, el juego corre sin problemas la mayor parte del tiempo. Sin embargo, en lugares específicos del acto 2 y en varios momentos del acto 3, casi todos los jugadores han reportado caídas en la tasa de fotogramas por segundo. Estas suelen ocurrir en zonas con una gran concentración de NPC y no parecen estar influenciadas por la configuración gráfica, lo que lleva a sospechar que el cuello de botella en estos casos se encuentra en el consumo de CPU. Cabe mencionar que todo lo mencionado también es cierto para las consolas de última generación, donde el juego corre con buen rendimiento y sin afectar la calidad visual, aunque también sufre de los mismos problemas en situaciones puntuales.

Además de estos problemas de rendimiento, es posible encontrar varios bugs, como diálogos e interacciones que se quedan congelados durante un rato, texturas que no cargan bien, animaciones que no funcionan correctamente para personajes de todas las alturas y armaduras con comportamientos algo extraños. Aunque ninguno de estos bugs arruina la partida, no han sido pocos los que hemos encontrado. No obstante, hay que mencionar que Larian continúa trabajando constantemente para arreglar todos los problemas y lanza múltiples actualizaciones para ello. De hecho, varios de los bugs mencionados aquí ya han sido corregidos en las últimas actualizaciones que pudimos jugar.

Bugs visuales como este, aunque no arruinan una partida, ciertamente perjudican la inmersión. Captura.

No habrá dos partidas iguales en Baldur’s Gate 3

Como mencionábamos, el juego se centra en ofrecer una inmensa libertad al jugador, tanto en las decisiones de la historia como en la jugabilidad. Esto aporta un potencial enorme para la rejugabilidad. Desde las primeras elecciones en el creador de personaje, tenemos elementos que afectarán de manera significativa toda la aventura, ya sea con la elección de un personaje de origen específico, el Ansia Oscura, o la multitud de elecciones que es posible hacer con un personaje propio. Luego, cada elección que hagamos influirá de manera significativa en las historias de los distintos NPC y del mundo en general, e incluso influirá en otras decisiones que podremos tomar en el futuro. Por lo tanto, no estamos exagerando cuando decimos que no habrá dos partidas iguales y que la cantidad de posibilidades distintas es astronómica. Ya sea en busca de nuevos desafíos o de nuevos roles que asumir, siempre habrá razones para probar una nueva partida. Y cada vez que se haga, es muy probable que se termine descubriendo algo nuevo que no se había visto antes.

Asequible y cómodo, sin importar cómo lo juegues

El juego ofrece varias opciones básicas de accesibilidad, como la posibilidad de ajustar el tamaño de los textos y agregar un fondo para mejorar su visibilidad. Aunque no dispone de tantas opciones en este aspecto como algunos otros juegos actuales, debido a la naturaleza de sus combates y a la posibilidad que siempre brinda de poder ver un historial de los diálogos y de todas las acciones realizadas, no resulta imprescindible tener más opciones de este tipo, como sí podría serlo en un juego de acción.

Además, posee tres niveles de dificultad, dependiendo del nivel de desafío que el jugador quiera afrontar. Esta dificultad puede ser cambiada en cualquier momento durante una partida. En su dificultad intermedia, hay cierto desafío durante los combates al inicio de la partida, donde los personajes tienen menos opciones de habilidades a usar y el jugador puede que aún esté descubriendo ciertas mecánicas. Pero ya cerca del final del acto 1, a medida que los personajes ganan nivel y el jugador se familiariza con el juego, puede que resulte necesario para algunos aumentar a la mayor dificultad para mantener un nivel de desafío similar. Sin embargo, la idea del juego nunca es presentar un obstáculo insuperable y con un poco de imaginación y creatividad, incluso los combates más difíciles pueden hacerse triviales si se desea.

Por último, hay que destacar la excelente integración que Larian ha implementado para el control con mando y la portabilidad a consolas. Los CRPG suelen estar enfocados a un control por teclado y ratón y las interacciones que permiten son difíciles de imaginar con otro tipo de controles. Sin embargo, Larian ha desafiado nuevamente la norma en este aspecto e implementado un control por mandos que en muchas ocasiones puede resultar incluso más cómodo que con teclado y ratón, permitiendo casi la totalidad de interacciones de forma muy satisfactoria. No se trata solo de una simple reasignación de controles sino de un cambio completo de interfaz y formas de interacción específicas para cada tipo de control. Para los jugadores de PC que quieran combinar las dos formas de control, es totalmente posible cambiar instantáneamente entre uno y otro simplemente presionando un botón en el controlador que quieras usar.

Sacudiendo el género, siendo muy fiel a sus raíces

Baldur’s Gate 3 no es necesariamente un juego que haya inventado algo específico que no existiera en la industria de los videojuegos. Sin embargo, puede decirse que destaca por su innovación en la ambiciosa idea de lograr la combinación correcta de elementos, sin sacrificar nada importante y sin temer enfrentarse a una escala inmensa de desarrollo, para lograr principalmente dos cosas que ya habíamos mencionado brevemente antes.

En primer lugar, acercar el género de los CRPG al público general actual. Baldur’s Gate 3 tomó todo lo mejor de los CRPG sin restringirse por nada de lo que usualmente han sido sus limitaciones. Ofrece un nivel inmenso de interacción y diálogo con cada personaje, manteniendo un enfoque muy cinemático en todo ello. Cada personaje tiene su voz, ya sea un guardia goblin o una rata corriendo por una mazmorra, o un personaje principal. Cada uno tiene diálogos completamente trabajados, su propia actuación de voz, expresiones faciales, etc. Además, a diferencia de lo que suele ocurrir en muchos CRPG, no escatima en su calidad gráfica, ofreciendo una visualidad que no tiene nada que envidiar a la mayoría de juegos contemporáneos. También, a pesar de que mantiene el combate por turnos y las reglas algo complicadas de D&D 5E, logra presentarlo de una forma muy intuitiva y fácil de entender, que permite a los jugadores ir adentrándose en los detalles y mecánicas más complejos a su propio ritmo. Con todo esto, además de una inteligente campaña de marketing, se entiende en parte cómo Baldur’s Gate 3 ha sido capaz de llegar a tantos jugadores, incluso aquellos que no son habituales del género CRPG.

La segunda innovación importante de Larian ha sido lograr llevar a un videojuego una experiencia mucho más cercana a un juego de rol de mesa, que nunca antes se haya visto. Esto se logra en la arista mecánica con la reproducción tan fiel de las reglas de D&D 5E. Pero la parte más complicada es permitir a los jugadores desatar su creatividad y reaccionar adecuadamente a todo lo que decidan hacer. En un juego de mesa, estas cosas se logran con la ayuda del Dungeon Master, responsable de dirigir la historia de acuerdo con sus planes para la campaña, pero también de reaccionar a cualquier acción que se le pueda ocurrir a un jugador, de forma consistente y realista. En un videojuego, la función del Dungeon Master la asumen los desarrolladores y no es difícil ver por qué es muy complicado implementarla exitosamente al mismo nivel que en los juegos de mesa. Se hace necesario predecir de antemano y anticiparse a todo lo que pueda querer hacer el jugador, además de recordar cualquier otra decisión previa que pueda influir en las posteriores. Esto claramente conlleva mucho esfuerzo, recursos y horas de trabajo. Pero nuevamente Larian no se acobardó e hizo todo lo necesario para materializar su visión. Y a tal punto logró esto que se han desatado controversias en las redes sociales sobre la capacidad de otras compañías de lograr algo como esto, y sobre las expectativas que los jugadores deberían tener.

Veredicto 9.2/10

Es evidente en todos los aspectos del juego que Larian no ha escatimado esfuerzos para realizar su visión, entregándonos un juego con una escala verdaderamente impresionante. Baldur’s Gate 3 ofrece una experiencia renovada y muy esperada para los amantes del género, al mismo tiempo que es intuitiva e intrigante para los recién llegados, resultando en una experiencia muy entretenida y gratificante para todos.

Además, es innegable que Baldur’s Gate 3 se ha convertido en uno de los juegos más influyentes de la industria este año, y quizás incluso más allá. Para muchos, ciertamente resultó una sorpresa, especialmente siendo un juego de este género. Pero sin duda ha generado mucho debate y ha causado un gran impacto en la industria como pocos juegos lo han hecho.

No se trata de un juego perfecto, como casi ninguno lo es. Pero sus aciertos brillan con tal intensidad que hacen que sus fallos pasen desapercibidos en la experiencia general. Nos mantendrá regresando ávidamente al mundo de los Reinos Olvidados en cada oportunidad que tengamos, para vivirlo de todas las innumerables formas posibles.

Autor

  • Carlos Peña

    Profesional en informática y apasionado jugador. Un entusiasta de la cultura nerd que disfruta de los monólogos. Aunque soy nuevo en la escritura, me sumerjo en cualquier juego, especialmente si tiene una trama cautivadora. Tengo una predilección por los Souls, que se ha convertido en un vicio especial para mí.

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