Elon Musk ha retirado la demanda que había presentado a finales de febrero contra OpenAI y sus principales figuras, Sam Altman y Greg Brockman. Aunque no se han especificado los motivos, CNBC informó que la decisión se tomó apenas un día antes de la audiencia en la que el tribunal iba a revisar el pedido de OpenAI de desestimarla.
La retirada de la demanda fue realizada “sin perjuicio”, lo que significa que Musk podría volver a presentarla en el futuro si así lo decidiera. Sin embargo, considerando el contexto actual, parece poco probable que esto suceda.
El conflicto comenzó cuando Elon Musk, líder de Tesla, SpaceX y X (Twitter), acusó a OpenAI de haberse convertido en una “subsidiaria de facto” de Microsoft y de haber abandonado su misión original de desarrollar tecnologías de inteligencia artificial para el beneficio de la humanidad. Esta demanda generó una gran controversia, pero rápidamente perdió fuerza.
Expertos legales explicaron que la demanda de Musk carecía de sustento legal sólido. El magnate afirmaba que Sam Altman y Greg Brockman habían violado el acuerdo fundacional de OpenAI, cuando en realidad no existía tal acuerdo formal y firmado. Esto significa que las acusaciones de incumplimiento de contrato se basaban en puntos sobre los cuales no existía un documento legalmente vinculante.
Se especula que Elon Musk decidió retirar la demanda al darse cuenta de que no tenía posibilidades de prosperar. Esta situación se interpreta como parte de la postura combativa que Musk ha adoptado contra OpenAI, una startup que él mismo cofundó.
Días después de la presentación de la demanda, Altman y Brockman emitieron un comunicado en el que acusaron a Musk de hipócrita. Los creadores de ChatGPT y DALL-E revelaron que el empresario intentó obtener el control total de la startup y en algún momento sugirió fusionarla con Tesla.
En tiempos recientes, Musk ha sido muy vocal en sus críticas hacia OpenAI, acusándolos de crear una inteligencia artificial “woke y diabólica”. También criticó la alianza entre OpenAI y Apple para integrar ChatGPT en los dispositivos de la empresa de Cupertino, calificándolo como un “software espía espeluznante”. Incluso amenazó con prohibir los dispositivos de Apple en las instalaciones de Tesla.
En una de sus declaraciones en la red social X, Musk exclamó: “¡Es evidentemente absurdo que Apple no sea lo suficientemente inteligente como para crear su propia IA, pero de alguna manera sea capaz de garantizar que OpenAI proteja tu seguridad y privacidad! Apple no tiene idea de lo que realmente sucede una vez que entregan tus datos a OpenAI. Los están traicionando”.
Las acusaciones de Musk no quedaron sin respuesta. Varias personas salieron a refutar sus afirmaciones, señalando que ChatGPT no forma parte de Apple Intelligence, sino que es un servicio independiente que se integra en dispositivos como el iPhone. Además, explicaron que lo que Siri hará en iOS 18 será una llamada a la API de ChatGPT, como ya ocurre con muchas otras aplicaciones que se integran con el chatbot. Esto solo sucederá cuando el usuario dé permiso explícito. Apple también ocultará las direcciones IP de los dispositivos para que OpenAI no pueda verlas, y ningún dato se registrará ni se utilizará para entrenar modelos como GPT-4.
Este episodio es un nuevo capítulo en la ya complicada relación entre Elon Musk y OpenAI, marcada por diferencias filosóficas y estratégicas sobre el futuro de la inteligencia artificial.