
En una jornada marcada por el compromiso y la reflexión estratégica, el Hotel Meliá Habana se convirtió este miércoles en el epicentro del debate sobre equidad tecnológica en Cuba.
Con el lema “El futuro se escribe con equidad”, se inauguró la octava edición del Taller de Género en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (GenTIC 2025), celebrando simultáneamente el décimo aniversario del programa y del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC), entidad organizadora del evento de referencia en la materia.
El evento contó con la presencia de la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh y que congregó a más de un centenar de especialistas, directivos, académicos y estudiantes comprometidos con acelerar la inclusión efectiva de la mujer en el sector tecnológico cubano.
La ciencia al servicio de la igualdad: El observatorio como brújula nacional
La primera sesión técnica, dedicada al diagnóstico y la base estadística, ofreció una de las presentaciones más esperadas de la jornada. Anays Montequin Jiménez, experta de la Oficina Nacional de Estadística e Información(ONEI), explicó con minuciosidad los resultados, lecciones y proyecciones del Observatorio de Igualdad de Género de Cuba, una herramienta de política pública que trasciende lo digital. Montequin detalló el origen institucional del proyecto: “Surge a partir de un decreto presidencial, lo que lo convierte en una agenda de Estado. Esta es una fortaleza distintiva de nuestro país para el adelanto de las mujeres”, afirmó, contrastando el modelo cubano con experiencias internacionales.

“Hay naciones con voluntad política, pero carecen de este respaldo gubernamental transversal que dota de sostenibilidad a las acciones”, añadió.
Más que un portal web, el observatorio se erige como un sistema integral de conocimiento. Se nutre de los macrodatos generados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y de los sistemas complementarios de la administración central del Estado, procesándolos con una perspectiva de género inédita. Su filosofía, según explicó la experta, no es solo visibilizar a la mujer, sino “iluminar la brecha” en sí misma.
“Presentamos la situación tanto de mujeres como de hombres. ¿Para qué? Para que se vea con claridad la distancia que existe a favor de unos o de otros”, ilustró. Mostró cómo, en los niveles educativos, las mujeres cubanas suelen estar por encima, mientras que en el ámbito laboral y salarial se desfavorecen, una paradoja que el observatorio ayuda a cuantificar y, por tanto, a combatir.
Con 33 indicadores organizados en siete áreas de especial atención del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres —como empoderamiento económico, educación, acceso a la toma de decisiones y salud sexual y reproductiva—, la plataforma combina rigor científico y accesibilidad.
Cada indicador cuenta con una ficha de metadatos exhaustiva que describe su nombre, fórmula de cálculo, significado de cada variable, fuente y cobertura geográfica y temporal.
“Esto es lo que le da el carácter científico al observatorio”, recalcó Montequin Jiménez. La actualización de los datos estadísticos es anual, pero el sitio se dinamiza constantemente con la incorporación de nuevas leyes, normativas y publicaciones relevantes, gracias a un módulo de gestión desarrollado por Tecnomática.
Para dejar clara su utilidad, el Ing. Michel Buzón Tur de Tecnomática proyectó un indicador elocuente: la “proporción de personas de 15 años y más que se ocupan exclusivamente de los quehaceres del hogar”.
“Las mujeres sí nos preparamos, sí avanzamos, pero hay un momento de la vida donde la actividad de cuidado nos reclama”, comentó. Este dato, desagregado además por zona de residencia (revelando mayores brechas en lo rural), provincia, grupo de edad y color de la piel, ejemplifica la capacidad analítica de la herramienta.
Buzón concluyó con una invitación a la audiencia, compuesta en gran parte por comunicadores: “Ustedes pueden motivarse y proponer nuevos indicadores. Quizás podamos construir uno que mida la situación de las mujeres en el sector TIC y se actualice anualmente”.
El poder en los intersticios: Mujeres en el control interno y la estrategia
El segundo panel, “Liderazgo femenino en la nueva arquitectura organizacional”, ofreció una mirada microscópica y reveladora al interior del GEIC. Las MSc. Maritza Lau González y la Lic. María Marta Hernández Burgess, de la Oficina Central del grupo, presentaron una investigación sobre la participación femenina en las áreas de control interno y prevención, funciones críticas de gobernanza corporativa.
“El 66% de los profesionales que, como “mano derecha” de la máxima dirección, atienden la actividad de control interno son mujeres. Más revelador aún es el dato de que solo el 5% de las incidencias o problemas de control identificados en las empresas involucran a mujeres.
“Esto nos habla de un aspecto positivo de la presencia de la mujer en esta actividad: hay muchas mujeres dedicadas a la misma y pocas involucradas en problemas”, analizó Lau González.
Para profundizar, realizaron un sondeo de percepción entre 44 trabajadores (22 hombres y 22 mujeres) sobre su comprensión del proceso de planificación estratégica. Los resultados desafiaron algunas preconcepciones.
En general, las opiniones entre géneros fueron parejas. Sin embargo, en preguntas clave sobre el desconocimiento de la misión corporativa o de los objetivos e indicadores de trabajo, las mujeres identificaron con mayor frecuencia que estos vacíos generaban un “desempeño bajo”.
“Ella no rinde menos por capacidad, sino precisamente porque no conoce lo que se espera”, interpretó Hernández Burgess. Este hallazgo, lejos de ser un punto final, las impulsó a proponer una campaña de capacitación interna para democratizar el conocimiento estratégico, aprovechando foros como GenTIC para su difusión inicial.
La batalla cultural se gana en el aula
Quizás una de las intervenciones más teóricamente fundamentadas y a la vez prácticas fue la de la Lic. Claudia Pis Guirola, titulada “Educación y género: experiencias entre la empresa cubana Movitel y la Escuela Primaria Aracelio Iglesias”. Su exposición trascendió la narración de un simple taller extracurricular para enmarcarlo en un riguroso marco pedagógico y sociológico.
Pis Guirola argumentó, apelando a la “teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget, que la educación primaria (etapa de las operaciones concretas, entre los 6 y 11 años) constituye una ventana crítica de intervención. “Es un momento donde se imprime en la corteza frontal casi todo lo que uno impacta. Es la etapa en que la lógica comienza a tomar un papel fundamental y es clave para empezar a trabajar en menguar los sesgos de género”, expuso.
En esta fase, los niños y niñas dejan atrás el pensamiento rígido y egocéntrico y empiezan a ser capaces de entender conceptos más abstractos, como la igualdad, si se les presentan adecuadamente.
La urgencia de esta intervención se hace palpable con los datos. Mostró cifras del Ministerio de Educación Superior: en el curso 2023-2024, el 63.8% de los matriculados en carreras de ciencias técnicas eran hombres. Este desbalance se traduce luego en el mercado laboral. En Movitel, ejemplificó, de 79 operadores de planta técnica (el corazón operativo de la empresa), solo 2 son mujeres. Ninguna mujer ocupa plazas de técnico operario, estando todas distribuidas en áreas de apoyo, administrativas o estratégicas, pero no en la línea vital de la operación tecnológica. “Hay una segregación ocupacional que nace en las elecciones vocacionales”, sentenció.
El taller “Conectados al futuro”, impartido a niños y niñas de la escuela primaria aledaña a la empresa, es la respuesta concreta. Es un “círculo de interés” diseñado no solo para mostrar tecnología, sino para cuestionar asignaciones culturales desde el lenguaje y las actividades.
“Decirle a una niña ‘tú puedes ser ingeniera’ desmonta una estructura de pensamiento”, afirmó. El programa busca transformar el contexto educativo, capacitar a los docentes para eliminar sesgos en su lenguaje y materiales, y, en última instancia, derribar la segregación profesional para que el país aproveche todo su talento, sin distinción de género.
Un Código que transforma la vida: Maternidad y derechos en primera persona
El momento más emotivo y personal de la jornada llegó con el testimonio de la MSc. Elaine Rodríguez Coda, especialista de la Oficina Central del GEIC. Su ponencia, “Derechos laborales y maternidad, testimonio de una mujer cubana”, entrelazó la letra de la ley con la calidez de la experiencia vivida.
Rodríguez Coda situó su historia en el contexto del nuevo Código de las Familias, que calificó como ”un cambio transformador”. Resaltó avances sustanciales: las licencias de cuidado ya no son un derecho exclusivo de la madre, sino que pueden ser compartidas entre diversos miembros de la familia o tutores; se institucionaliza el teletrabajo como herramienta de conciliación; y se reconoce la corresponsabilidad social del cuidado, impulsando la creación de espacios de lactancia en los centros laborales.
Luego, narró cómo estos derechos se expresaron en su vida. Al decidir, de forma consciente, tener un segundo hijo a los 35 años, contó con “la seguridad de que mis derechos serían protegidos”. Su embarazo, catalogado de riesgo, fue acompañado con flexibilidad y apoyo por su entidad laboral: se ajustó su carga, se respetaron todos los certificados médicos y se mantuvo su vínculo con el colectivo. ”Me hicieron sentir parte, incluso cuando mi prioridad absoluta era el embarazo”, relató con emoción.
Esta protección le permitió, simultáneamente, continuar su desarrollo profesional, culminar una maestría y participar en eventos. Su testimonio fue una evidencia de que los derechos laborales son también derechos afectivos, familiares y sociales, y que cuando se garantizan, se gana en compromiso, productividad y bienestar integral.
Criar con respeto: Un legado positivo de la pandemia
La ponencia de la DraC. Roxanne Castellanos Cabrera, del Centro de Estudios de Bienestar Psicológico de la Universidad de La Habana, aportó una mirada profunda a la raíz cultural del problema. En “Crianza respetuosa en pos del bienestar de niños, niñas, adolescentes y sus familiares”, conectó los patrones de socialización familiar con la perpetuación de estereotipos.
Castellanos explicó que el proyecto nació como una respuesta de emergencia durante el confinamiento por COVID-19, cuando psicólogos cubanos se organizaron por WhatsApp para brindar apoyo a familias abrumadas. “Los niños fueron quizás el sector más afectado; les pedimos que a los 2 años tuvieran la madurez para entender una pandemia”, reflexionó.
De esa crisis surgió una comunidad sostenida que hoy busca romper con los “legados de machismo y sexismo” que se transmiten en la crianza.
Aclaró un equívoco común: “La crianza respetuosa no es permisividad. No se trata de no poner normas o límites, sino de ejercer la autoridad desde el respeto, la escucha y la participación del niño”. Su equipo, trabajando principalmente a través de Telegram y Facebook, comparte materiales breves y accesibles (como los que exhibió en el evento) que guían a las familias en este modelo, contribuyendo a formar a las nuevas generaciones libres de prejuicios.
El evento GenTIC 2025 demostró, en su décimo aniversario que ya no es solo un foro de sensibilización, sino un espacio de pensamiento estratégico, presentación de herramientas concretas y evaluación de políticas públicas.
