La industria cinematográfica ha presenciado un fenómeno sin precedentes. Kimetsu no Yaiba: El Castillo Infinito, adaptación del popular manga japonés realizada por el estudio Ufotable, ha alcanzado los 555 millones de dólares en taquilla mundial.
Esta cifra no solo la convierte en una de las películas más exitosas del año, sino que también la posiciona como la película de anime con mayor recaudación de la historia. El récord anterior pertenecía a El Tren Infinito, también parte del universo Kimetsu, estrenada hace cinco años.
El impacto de esta producción japonesa ha trascendido las expectativas iniciales. En un contexto dominado por franquicias de Hollywood, Kimetsu no Yaiba ha logrado superar a títulos emblemáticos como Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos y Capitán América. La historia de demonios y cazadores ha capturado la atención del público internacional con más fuerza que los personajes de Marvel, lo que marca un cambio significativo en la percepción global del anime como producto cinematográfico de alto calibre.
Este éxito no se limita a una hazaña aislada. El Castillo Infinito representa la primera entrega de una trilogía que ha comenzado con fuerza. Si la tendencia se mantiene, la conclusión de esta saga podría alcanzar cifras inéditas en la taquilla mundial. El potencial de esta franquicia para competir directamente con las principales potencias de Hollywood se ha vuelto una posibilidad tangible.
El ascenso de Kimetsu no Yaiba en el cine internacional refleja una transformación en los gustos del público y en la capacidad del anime para posicionarse como una opción de entretenimiento masivo. La calidad narrativa, la estética visual y la fidelidad al material original han contribuido a consolidar este fenómeno. El futuro del anime en la gran pantalla se presenta con perspectivas alentadoras y con una audiencia cada vez más receptiva.
