📱 La OMS desmiente el vínculo entre el uso de móviles y el cáncer cerebral

Radiación y móviles

En una era donde la tecnología ha transformado cada aspecto de nuestras vidas, los teléfonos móviles se han vuelto indispensables. Estas herramientas, que facilitan la comunicación y simplifican tareas diarias, han generado preocupación durante años debido a la creencia de que su uso prolongado podría tener graves consecuencias para la salud, particularmente en lo que respecta al cáncer cerebral. Sin embargo, un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cambiado el panorama al desmentir esa relación, poniendo fin a décadas de debate sobre el posible vínculo entre los móviles y el cáncer.

Los temores sobre los efectos de los teléfonos móviles en la salud han estado presentes desde su popularización. La radiación que emiten, específicamente de radiofrecuencia, ha sido objeto de estudio durante años. Aunque es cierto que los móviles emiten radiación, esta no es del tipo ionizante, como los rayos X, que son conocidos por su capacidad de dañar el ADN y aumentar el riesgo de cáncer. No obstante, el hecho de que durante las llamadas el dispositivo se mantenga tan cercano al cerebro, generaba inquietud sobre un posible riesgo de desarrollar tumores.

Durante la última década, varios estudios intentaron esclarecer este posible peligro. Aunque investigaciones anteriores habían sugerido que no había evidencia concluyente de que la radiación de los teléfonos móviles fuera peligrosa para los humanos, muchas de estas pruebas se realizaron en animales, como ratas, lo que dejó abierta la puerta a la duda en la comunidad científica y entre la población general. En 2011, la agencia oncológica de la OMS clasificó las ondas de radio como “posiblemente carcinogénicas para los humanos”, lo que alimentó aún más las preocupaciones.

No obstante, la OMS ha actualizado su postura a partir de una revisión exhaustiva de los estudios disponibles. El análisis fue liderado por la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (ARPANSA) y evaluó más de 5.000 investigaciones realizadas entre 1994 y 2022. De esta vasta cantidad de estudios, 63 se destacaron por su rigor científico y fueron examinados por un equipo de 11 investigadores procedentes de 10 países.

Este trabajo de revisión ha dado lugar a una conclusión: no hay evidencia de que el uso de los teléfonos móviles esté relacionado con el desarrollo de cáncer cerebral o de otros tipos de cáncer en el sistema nervioso, como los tumores de las meninges, la hipófisis, o el oído, ni con los tumores en las glándulas salivales. Esta afirmación es el resultado de un análisis profundo de datos obtenidos a lo largo de casi tres décadas, lo que otorga una gran solidez a las conclusiones alcanzadas.

Uno de los aspectos más significativos del informe es que, además de analizar estudios de corto plazo, también se han considerado los efectos de la exposición prolongada a los teléfonos móviles, es decir, un uso que supera los diez años. A pesar de la constante exposición a la radiación de radiofrecuencia, no se han detectado riesgos aumentados de cáncer en aquellos que han utilizado móviles durante largos periodos de tiempo.

Si se hubiera demostrado que los móviles eran tan peligrosos como se temía, las implicaciones para la salud pública habrían sido devastadoras. En un mundo donde la mayoría de las personas tienen acceso a un teléfono móvil, el impacto de una relación entre estos dispositivos y el cáncer habría sido masivo. Sin embargo, este nuevo informe trae tranquilidad al confirmar que no existe tal riesgo.

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