El panorama digital está siendo moldeado por una creciente presencia de bots, revela el último informe de Imperva, donde se destaca que en 2023 casi la mitad del tráfico de Internet estuvo compuesto por estas entidades automatizadas. Este dato no solo subraya el papel cada vez más relevante de la automatización en la red, también plantea serios desafíos para la seguridad y la integridad de las aplicaciones en línea.
El informe detalla que el 49.6% del tráfico de Internet en 2023 fue generado por bots, un aumento del 2% en comparación con el año anterior. Dentro de este porcentaje, un 32% corresponde a bots maliciosos, destacándose como una de las amenazas más persistentes y sofisticadas en la red.
El impacto geográfico de esta tendencia es notable, con Irlanda, Alemania y México como los países más afectados por el tráfico de bots maliciosos, donde Irlanda lidera la lista con un alarmante 71% de su tráfico de Internet dominado por estos bots. Esta situación plantea preocupaciones específicas sobre la seguridad cibernética y la necesidad de estrategias de mitigación locales.
La categorización de estos bots revela una diversidad de niveles de amenaza, desde bots simples hasta evasivos, con tácticas cada vez más sofisticadas para eludir la detección y llevar a cabo actividades maliciosas.
Diferentes sectores de la industria experimentan el impacto de los bots de manera distinta, siendo la industria del juego la más afectada, seguida por sectores como el comercio minorista, viajes y servicios financieros.
Las API son particularmente vulnerables a la explotación por parte de bots maliciosos, que utilizan estas interfaces para automatizar acciones como ataques de relleno de credenciales y de fuerza bruta, exponiendo datos valiosos y afectando la disponibilidad de los servicios.
Frente a esta creciente amenaza, empresas como Akamai y Cloudflare han implementado soluciones de gestión de bots que utilizan técnicas de aprendizaje automático para identificar y bloquear el tráfico automatizado malintencionado.
El informe concluye que la presencia de bots maliciosos en el tráfico de Internet es una tendencia preocupante que requiere atención inmediata y medidas proactivas de gestión y mitigación por parte de las organizaciones.