😧 Sentencian a un hombre por portar una réplica de la Espada Maestra de Zelda

Zelda

En el vasto universo de los videojuegos, pocos objetos poseen la misma mística y popularidad que la Espada Maestra de la saga “The Legend of Zelda“. Este icónico artefacto ha sido un compañero inseparable de Link, el héroe de la franquicia, en innumerables aventuras a lo largo de las consolas de Nintendo.

La trascendencia de la Espada Maestra no se limita al mundo virtual; ha permeado la realidad como un objeto de coleccionismo muy apreciado y una pieza de merchandising codiciada. Sin embargo, la popularidad de este objeto puede acarrear consecuencias inesperadas y potencialmente negativas cuando se saca de su contexto habitual, como bien lo ilustra la historia de Anthony Bray.

Este hombre, un residente de Nuneaton, en el condado inglés de Warwickshire, se encontró en una situación problemática debido a su afición por la Espada Maestra. El ferviente fanático de “The Legend of Zelda” fue visto paseando por las calles de su ciudad con una réplica de la famosa espada en las manos. Las cámaras de seguridad de la policía local detectaron a Bray portando un objeto punzante a plena luz del día, lo que llevó a los agentes a intervenir y proceder con su detención.

La réplica en cuestión, una versión de la Espada Maestra que mide aproximadamente 15 centímetros, se encontraba envainada en una funda especial que permite extraerla pulsando un botón, explica Vandal. Aunque Bray aseguró que nunca tuvo la intención de utilizar la espada como un arma, admitió que algunas personas podrían haberla percibido como una amenaza. Su defensa se centró en que usaba la réplica como un juguete fidget, esos pequeños objetos diseñados para realizar movimientos repetitivos y cíclicos, a menudo utilizados para aliviar el estrés o el aburrimiento.

La explicación de Bray no fue suficiente para evitar las consecuencias legales. La corte de Leamington Spa lo condenó a cuatro meses de prisión y le impuso una multa de 154 libras. “Tenemos tolerancia cero con los artículos punzantes en público, y Bray lo ha incumplido”, declaró el sargento Spellman. “Es posible encontrar juguetes fidget que no sean hojas de 15 centímetros, y es posible no ir caminando por la calle con ellos. Con un poco más de conciencia, Bray podría haber evitado por completo el contacto con nosotros”.

Las autoridades consideraron el juguete como un arma punzante. Foto: Departamento de Policía de Warwickshire.

El caso de Anthony Bray pone de relieve los riesgos asociados a portar réplicas de armas, incluso cuando se trata de objetos de coleccionismo o juguetes. La fascinación por los artefactos del mundo de los videojuegos debe ser equilibrada con un entendimiento claro de las normativas y las percepciones públicas sobre la seguridad.

Para los fans de “The Legend of Zelda” y otras sagas similares, este incidente sirve como un recordatorio de que los objetos que emulan armas, aunque sean inofensivos en intención, pueden tener serias repercusiones en la vida real.

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