La NASA ha seleccionado a SpaceX para liderar la operación que marcará el final de la Estación Espacial Internacional (EEI). Esta decisión posiciona a la empresa de Elon Musk en un papel clave para desorbitar la estación y guiarla hacia su destino final en el Océano Pacífico, informó la NASA en su web oficial.
El contrato con SpaceX está valorado en hasta 843 millones de dólares, pero no incluye el lanzamiento del vehículo desorbitador, una responsabilidad que se adjudicará en un futuro cercano. La NASA aún no ha decidido si también confiará este aspecto crucial a SpaceX o si buscará otras opciones, como Blue Origin o ULA.
SpaceX será solo responsable del desarrollo y construcción
Un punto interesante del acuerdo es que, aunque SpaceX será responsable del desarrollo y construcción del vehículo, la NASA mantendrá la propiedad y el control operativo durante la misión. Los detalles técnicos del desorbitador aún no han sido revelados, pero se sabe que la nave se destruirá junto con la EEI durante el reingreso a la Tierra.
La retirada de la EEI ha sido un proyecto en planificación por parte de la NASA y sus socios internacionales —Europa, Canadá, Japón y Rusia— desde hace varios años. Aunque los acuerdos actuales comprometen a la mayoría de estos países a permanecer en la estación hasta 2030, Rusia podría retirarse antes, alrededor de 2028, tras haber amenazado con una salida más temprana debido a las tensiones internacionales.
La NASA ha subrayado la complejidad del proceso de desorbitar la EEI, el cual incluye reducir gradualmente su altitud entre 2026 y 2028 y, posteriormente, en 2030, comenzar a retirar el equipo y la tripulación. Una vez que la estación alcance los 280 kilómetros de altitud, iniciará su descenso final, culminando en un impacto controlado en el Punto Nemo, el lugar más remoto del Océano Pacífico, en enero de 2031. Este punto fue elegido para minimizar el riesgo de que los escombros caigan en áreas habitadas.
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Interesante, y también la firma del artículo.