🧑‍💻 Tecnologías de Black Mirror que ya están entre nosotros (+Video)

Black Mirror

Desde su lanzamiento en 2011, la serie Black Mirror ha sorprendido y desconcertado a los espectadores con su mirada distópica sobre el futuro de la tecnología y su impacto en la vida cotidiana. En un tono oscuro y reflexivo, la serie presenta escenarios que parecían, en su momento, fantasías futuristas.

Sin embargo, más de una década después, muchos de esos conceptos han dejado de pertenecer al reino de la ficción y se han materializado en nuestra vida diaria. En 2024, varias de las innovaciones tecnológicas mostradas en Black Mirror han cruzado la barrera de la pantalla y se han integrado a nuestra realidad. A continuación, presentamos cinco ejemplos asombrosos de cómo la tecnología de la serie ha dado el salto a la vida real.

Uno de los episodios más recordados de la segunda temporada, “Ahora mismo vuelvo”, nos muestra la historia de una mujer que, tras la muerte de su pareja, utiliza una tecnología que le permite comunicarse con una simulación digital de su ser querido. En este caso, la serie abordaba cuestiones éticas profundas sobre la creación de avatares de personas fallecidas.

Aunque el concepto parecía exagerado para muchos, en la actualidad se están dando pasos en esta dirección. En China, ya se han implementado avatares digitales en cementerios, permitiendo a las familias interactuar con representaciones virtuales de sus seres queridos. Este fenómeno no se limita a China: empresas como Replika y Eternime están desarrollando inteligencia artificial que no solo simula conversaciones con personas fallecidas, sino que recrea aspectos de su personalidad, algo que plantea interrogantes sobre cómo el duelo y la memoria podrían verse alterados por estas innovaciones.

En el ámbito político, Black Mirror también se adelantó a su tiempo. En el episodio “El momento de Waldo”, un personaje animado se presenta como candidato a un cargo político, generando un debate sobre el papel de los avatares y la tecnología en la política.

Hoy en día, la ficción se ha vuelto realidad en Reino Unido con la aparición de “AI Steve”, un candidato basado en inteligencia artificial que aspiraba a un puesto en el Parlamento en 2024. Este avatar digital no solo utiliza IA avanzada para interactuar con los votantes, sino que también recopila opiniones y sugerencias para elaborar sus propuestas políticas, lo que marca un hito en la relación entre tecnología y política.

Otro ejemplo de cómo la ciencia ficción de Black Mirror ha cobrado vida es el desarrollo de drones del tamaño de abejas. En el episodio “Odio en la nación” de la tercera temporada, las abejas robóticas, diseñadas inicialmente para polinizar flores, terminan siendo utilizadas como armas mortales.

Aunque la premisa del episodio es extrema, en la vida real, los investigadores de la Universidad de Harvard han logrado avances significativos en la creación de pequeños drones que imitan el comportamiento de las abejas, una tecnología que podría ser clave para combatir la disminución de la población de abejas.

Empresas como Walmart también han invertido en este tipo de drones para polinizar cultivos, una solución que, aunque tecnológica, no deja de evocar preocupaciones éticas y medioambientales sobre el equilibrio natural.

Uno de los episodios más inquietantes de la cuarta temporada, “Cabeza de metal”, presenta a un perro robot implacable que persigue a los humanos en un entorno postapocalíptico. Si bien la trama puede parecer extrema, en el mundo real, la empresa Boston Dynamics ha desarrollado un perro robot llamado Spot, que ya ha comenzado a utilizarse en diversas industrias. Aunque inicialmente fue diseñado para explorar terrenos peligrosos, las capacidades avanzadas de estos robots han suscitado preocupaciones sobre su uso en el ámbito militar y su potencial para reemplazar ciertas tareas humanas en el futuro.

Finalmente, uno de los episodios más simbólicos de Black Mirror, “15 millones de méritos”, aborda el concepto de personas que generan energía pedaleando en bicicletas estáticas, en un mundo donde las recompensas se miden en “méritos”. En Brasil, este concepto ha sido adoptado en algunas cárceles, donde los presos tienen la posibilidad de reducir sus condenas al generar electricidad pedaleando. Aunque la realidad de esta práctica es menos distópica que la presentada en la serie, el paralelismo es claro y abre preguntas sobre las condiciones y los incentivos detrás de este tipo de tecnologías.

Con estos ejemplos, se hace evidente que el futuro que Black Mirror nos mostraba ya está comenzando a llegar. La serie, en muchos sentidos, ha servido como una advertencia sobre los peligros potenciales de una dependencia tecnológica excesiva y los dilemas éticos que surgen con el avance incontrolado de la ciencia.

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