
Este 14 de octubre marca un punto de inflexión para millones de usuarios en todo el mundo: Windows 10 deja de recibir soporte oficial por parte de Microsoft. Esta decisión, aunque prevista desde hace años, genera preocupación entre quienes aún dependen de este sistema operativo para sus actividades cotidianas.
Microsoft no tomó esta medida de forma improvisada. Sin embargo, el anuncio de su retiro ha provocado reacciones negativas. Muchos usuarios consideran que la empresa ha acelerado innecesariamente el proceso, sobre todo porque en 2023 esta versión todavía dominaba el mercado con más del 70 % de participación, a pesar de que Windows 11 ya llevaba dos años disponible.
Durante su vigencia, Windows 10 se consolidó como una plataforma confiable, versátil y capaz de funcionar en una amplia gama de configuraciones de hardware. Esta flexibilidad lo convirtió en la opción preferida de millones de personas. En contraste, Windows 11 impuso requisitos técnicos más estrictos desde su lanzamiento, como la necesidad de contar con Secure Boot y TPM 2.0, lo que dejó fuera a muchos equipos que no eran necesariamente antiguos.
Desde finales de 2023, expertos y analistas advirtieron que el fin del soporte para Windows 10 podría dejar obsoletos hasta 240 millones de ordenadores. Ante este panorama, Microsoft ha recomendado actualizar a Windows 11, siempre que el equipo lo permita. En caso contrario, la empresa sugiere adquirir un dispositivo nuevo que cumpla con los requisitos del sistema más reciente.
La finalización del soporte implica que Windows 10 ya no recibirá actualizaciones de seguridad ni mejoras de funcionalidad. A partir de este 14 de octubre, los ordenadores que utilicen este sistema operativo quedarán expuestos a nuevas amenazas sin posibilidad de recibir parches oficiales. Esta situación se agrava por el uso creciente de inteligencia artificial generativa para crear y propagar virus y malware. Si se detecta una vulnerabilidad en Windows 10, los usuarios no contarán con protección oficial frente a posibles ataques.
A pesar de ello, los ordenadores con Windows 10 seguirán funcionando con normalidad. Sin embargo, ya no contarán con soporte para Windows Defender, lo que aumenta el riesgo de exposición a amenazas digitales.
La medida afecta a todas las ediciones de Windows 10 en sus versiones Home, Pro, Enterprise y Education. Solo se excluyen las variantes LTSC o LTSB, que cuentan con soporte extendido hasta fechas que varían entre 2026 y 2032, según la edición. Estas versiones no se distribuyen de forma masiva y están destinadas a usos específicos.
Para quienes deseen continuar utilizando Windows 10 sin renunciar a la seguridad, Microsoft ha lanzado un programa de actualizaciones de seguridad extendidas, conocido como ESU. Este programa está disponible tanto para usuarios individuales como para organizaciones, aunque con diferencias importantes.
Los usuarios de las versiones Home o Pro pueden acceder a un año adicional de actualizaciones, hasta el 13 de octubre de 2026. En cambio, quienes utilicen las ediciones Enterprise o Education podrán extender la protección hasta octubre de 2028. En el caso de los consumidores, no será posible renovar el soporte una vez transcurrido ese año adicional. Las organizaciones, en cambio, podrán extenderlo por más tiempo, aunque con un coste mayor.
El precio de las actualizaciones ESU es otro aspecto relevante. Los usuarios particulares pueden pagar 30 dólares para cubrir hasta diez dispositivos vinculados a una misma cuenta de Microsoft. También existe la opción de canjear 1.000 puntos de Microsoft Rewards para obtener el mismo beneficio sin coste monetario. Todas estas opciones están bloqueadas para Cuba.
Otra alternativa consiste en activar la función Windows Backup en el equipo con Windows 10. Esta opción permite acceder al programa ESU sin pagar, aunque requiere utilizar OneDrive, que solo ofrece 5 GB de almacenamiento gratuito. Si se supera ese límite, será necesario adquirir espacio adicional para las copias de seguridad.
Con esta decisión, Microsoft reafirma su apuesta por Windows 11, la computación en la nube y la inteligencia artificial integrada en su asistente Copilot. A partir de noviembre, Windows 10 dejará de recibir protección oficial frente a nuevas amenazas, y pasará la historia de estos sistemas operativos.
