Cuando Microsoft anunció la compatibilidad de Windows 11 con archivos comprimidos en formato RAR, muchos asumieron que el histórico WinRAR enfrentaba sus últimos días. Durante décadas, WinRAR fue parte de la instalación inicial de cualquier usuario de Windows, casi como un ritual. La utilidad para descomprimir archivos RAR fue su principal gancho, y con la llegada de esta función integrada en el sistema de Microsoft, se predijo que su tiempo como software esencial estaba contado. Sin embargo, WinRAR no solo ha sobrevivido a esta transición, sino que ha respondido con una actualización que incluye una esperada función: el modo oscuro.
En su más reciente versión 7.10 beta, los desarrolladores de WinRAR han presentado esta nueva apariencia, alineándose con una tendencia visual que ya domina en aplicaciones tanto móviles como de escritorio. El modo oscuro no introduce grandes innovaciones, pero sí adapta el programa a las preferencias de muchos usuarios que optan por esta estética en sus dispositivos, ya sea por comodidad visual o para reducir el impacto en la vista en entornos de poca luz.
La actualización, no obstante, aún muestra detalles a mejorar: elementos de la interfaz, como las líneas que dividen menús, siguen siendo de color blanco, lo cual rompe la coherencia visual en algunas áreas. Los desarrolladores han sido claros al respecto, recordando que se trata de una versión beta y que se espera corregir estos detalles en el lanzamiento oficial de la versión estable 7.10.
Para aquellos que desean explorar esta opción, el proceso requiere descargar la versión desde un enlace específico en la página oficial, pues el modo oscuro no está disponible en la versión estable 7.01. Una vez instalada, los usuarios pueden acceder a las opciones del programa y activar el modo oscuro, ya sea en sintonía con la configuración del sistema o de manera obligatoria para WinRAR.
El lanzamiento de esta característica apunta no solo a mantener la vigencia de la aplicación, sino también a responder a las expectativas de los usuarios. En una época en que el software esencial se reduce al mínimo y muchas herramientas han sido integradas en el sistema operativo, WinRAR se adapta sin alterar su esencia. En su núcleo, WinRAR sigue siendo el mismo: conserva la familiar pantalla de inicio que invita a comprar una licencia de uso, aunque en realidad el programa se puede utilizar indefinidamente sin necesidad de adquirirla.
Este modelo de negocio ha sido otra clave en su longevidad. Los creadores de WinRAR han admitido sin reservas que su verdadera fuente de ingresos proviene de las licencias corporativas y no de los usuarios comunes, que en su mayoría no pagan. La estrategia de ofrecer una versión gratuita asegura que la herramienta llegue a un amplio número de usuarios sin caer en las altas tasas de piratería que afectan a otros programas de pago. Además, la estructura de licencias y soporte técnico especializado para empresas mantiene a WinRAR relevante y rentable, sin importar los cambios en el ecosistema de Windows.
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