🏴‍☠️ El 2023 de One Piece: Otro año en la oficina

Después de casi doscientos capítulos, el telón del arco de Wano cayó definitivamente; el live action de Netflix fue un rotundo éxito de público, y así se ganó el derecho a una segunda temporada; el manga, con un arco de Egghead cargado de revelaciones y momentos emotivos, entró por la puerta grande en su saga final; One Piece Film: Red (2022) se coronó como una de las películas más taquillera de la historia de Japón. Este año que acaba de concluir ha sido histórico para One Piece.

Estamos hablando de una obra que comenzó a publicarse en la Weekly Shonen Jump en 1997, cuando su autor, Eiichiro Oda, era apenas un joven y prometedor mangaka. Dos años después se emitió por Toei Animation el primer episodio del anime, aunque en el 98 ya había aparecido el OVA (Original Video Animation) que hoy muchos consideran el inicio de este largo, irregular y gratificante camino. Desde entonces ha transcurrido un cuarto de siglo, y la historia de Monkey D. Luffy y su tripulación pirata todavía espera el desenlace final.

Se trata de veinticinco años de emisión casi ininterrumpida, en el que Oda ha envejecido detrás de ese escritorio que ha sido cárcel y libertad, la razón de su enclaustramiento y de su enorme reconocimiento. “Pasé la mitad de mi vida en la serialización semanal”, dijo a propósito de la publicación del capítulo 1000 del manga. Y de igual forma ha sucedido con quienes adaptan su obra al anime, incluyendo a los actores y actrices de voz, algunos de los cuales ya son septuagenarios y octogenarios.

Según datos de finales de este año, One Piece Film: Red es la séptima película más taquillera de la historia de Japón y la cuarta película de anime con mejor taquilla en dicho país.

Este 2023 fue un gran año para One Piece, pero no todos los triunfos representaron un hito a nivel de calidad. El One Piece Film: Red, decimoquinta película de la franquicia, reventó las taquillas locales, así como de regiones del mundo donde la comunidad de fans es muy nutrida. Cuenta la historia de Uta, una idol que realiza conciertos masivos y (en)canta lo mismo a piratas que a marinos. El pasado de esta joven está relacionado con Luffy y Akagami Shanks. Sin embargo, sus ideales en la actualidad son muy diferentes a los de su infancia.

Con una banda sonora de lujo, una animación a la altura de los momentos más significativos de Wano, combates entre personajes importantes de la historia, alguna que otra pista sobre el origen de Shanks, la atención y aprobación del mismísimo Oda, esta película parece que lo tiene todo. Debo advertir, por otra parte, que aquellos que no siguen One Piece probablemente sientan con mayor fuerza la abrumadora densidad de la trama. Suceden tantas acciones que resulta imposible resumir la película con palabras. Entre tanto abigarramiento aderezado con canciones y fanservice, no encuentro el gran tema de la obra. Al menos, no logro hallar uno verdaderamente trascendental. Por no mencionar, y ya de paso mencionando, que hay eslabones en la cadena de acontecimientos que me parecieron demasiado casuales. Pasé un buen rato con Film: Red, mas no la vería dos veces.

Con todo y que un puñado de seguidores no quedaron totalmente complacidos, como yo, he de reconocer el indiscutible éxito de la adaptación en vivo de One Piece. Si en algo se destacó positivamente el live action fue en la minuciosa selección del cast, y no en la decisión de recurrir hasta el cansancio a escenas que remitían directamente al manga/anime, cuando la calidad de una adaptación no se mide por la fidelidad, sino por el equilibrio entre el respeto a, y la independencia del, material base. Más allá de esto, confieso que me encantó vivir el proceso previo al estreno de la adaptación de Netflix. No sé en cuestiones de posproducción, pero al menos en publicidad no se ahorraron un centavo. El análisis de la calidad del resultado, para muchos, quedó eclipsado por el triunfo de las visualizaciones. Quizás la segunda temporada sea capaz de enrumbar por un sendero menos complaciente.

El live action de One Piece sumó 47,8 millones de visualizaciones en Netflix durante sus tres primeras semanas.

A pesar del abarrotamiento de viñetas y la merma de la calidad del dibujo, los últimos capítulos del manga nos han entregado la confirmación de que estamos caminando hacia un cierre que perdurará en el recuerdo. Y ese final se ajustará a una obra que está destinada a trascender el tan cerrado mundo de los espectadores que siguen este tipo de publicaciones: One Piece será, y ya está siendo, un manga no tan disciplinadamente shonen, pero sí una de las novelas gráficas más importantes de principios del siglo XXI. Soplan vientos de cambio, de transformación profunda. ¿Será esa la última emoción de este viaje? Una certeza tengo, y es que la totalidad de la obra resultará, tanto para los que la disfrutan como para los que la desprecian, el chiste más largo de la historia. Y la isla del tesoro se llama Laught Tale, como sabemos desde hace un tiempo.

Entonces, cuando parecían óptimas las condiciones para recibir este año —olvidé mencionar que para el 21 de enero se anunció la animación de Monsters, el one-shot de Oda donde aparece el legendario samurái Ryuma—, otra noticia despidió el 2023: SHUEISHA, Toei Animation, Fuji Television, WIT STUDIO y Netflix preparan el remake de todo el anime de One Piece. Entiendo a quienes consideran incomprensible esta decisión, teniendo en cuenta que el primer anime aún no ha concluido. Otros aseguran que tampoco verán esta versión, pues se sienten más motivados por obras que sí cumplen con los estereotipos del nekketsu. Cada cual invierte su tiempo en lo que mejor le convenga, y eso incluye a los seguidores de One Piece.

La noticia ha despertado comentarios de todo tipo. Alguien preguntaba en estos días: ¿será The One Piece la manera más auténtica de disfrutar la obra? No creo que exista una “manera más auténtica”, pero, de existir, seguramente sería el manga. En cambio, considero que la noticia es muy significativa, porque le dará la posibilidad a quienes no han visto la serie de enfrentar los primeros capítulos con una animación más amigable, actual, coherente, y probablemente también se encuentren con un producto mucho mejor pensado desde un punto de vista narrativo. La obra de Eiichiro Oda, si quiere ganar a los espectadores de hoy, tendrá que estar a la altura del reto que impone este tiempo, donde hay mucha hojarasca repetitiva y vacía que brilla por su excelente animación.

No le niego el mérito al anime actual, y más si consideramos que Toei Animation lleva veinticinco años entregando a la audiencia un capítulo cada semana. Hay que reconocer, no obstante, que el estilo cambia prácticamente en cada arco. Si bien se podría hacer una historia de la animación japonesa a partir del caso One Piece, también es verdad que esos cambios nos han ofrecido altibajos, y en ocasiones el resultado ha lucido francamente mal. Si logran hacer toda la obra con una visualidad moderna y un criterio de selección de escenas más reposado y sintético, donde no se abuse de recursos como el flashback repetido mil veces o la imagen reciclada, estoy seguro de que ese remake podrá sostenerle la mirada a los más de cien tomos del manga. Espero que mantengan, en la medida de lo posible, algunos de los mejores momentos del anime tal cual fueron concebidos en su primera versión. La apuesta es arriesgada, pero es en ella donde la franquicia se juega su futuro.

Para 2024 quizás no contemos con la segunda temporada del live action, y ni hablar del remake. Nos quedará seguir disfrutando del manga, donde la tripulación de Luffy se dispone a navegar hacia “aquella isla”, en la que “este personaje y este personaje quizás se enfrenten”, tal y como nos ¿adelantó? Oda en la pasada edición de la Jump Festa.

En fin, que 2023 ha sido otro año en la oficina para la tripulación de los Sombrero de Paja. Falta ya bastante menos para que el estado de cosas, tal cual lo conocemos, desaparezca para siempre. El amanecer del mundo se vislumbra en la claridad del horizonte. El último episodio de One Piece, también.

Autor

  • Miguel A. Castiñeira

    Cuando mi vecino de los bajos lo permite, releo a Miguel Asturias, Raymond Chandler y Eiichiro Oda. Cuando no lo permite, escucho a Pimpinela, Rudy La Scala y Paquita la del Barrio. En fin, soy más un animal rastrero que un hombre de maíz.

1 comentario en “🏴‍☠️ El 2023 de One Piece: Otro año en la oficina”

  1. Corrección, Que te digan agarra estos capítulos de One Piece, los veas y te guste sigue siendo el mejor momento, sin importar época o año.
    Lo hice así,(en aquel momento estaba al día la cantidad que me dieron, cosa que desconocía hasta que terminé con ellos) y aunque lo he dejado de ver, sigo siendo su “fan”, si le ponemos un nombre a pesar del abandono…

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