🎬 Barbie: Gerwig, Mattel y su visión rosa del empoderamiento

El 26 agosto de 1970, más de 50 mil mujeres se lanzaron a las calles en varias ciudades del mundo para protestar por la inequidad de género. Solamente en New York, 10 mil féminas marcharon por sus derechos a ser respetadas al clamor de consignas como “Yo no soy una muñeca Barbie”. Y es que la criatura de Mattel, a solo 11 años de su creación, ya se había ganado la fama de juguete de pésima influencia para las niñas pequeñas y paradigma imposible de belleza. Por supuesto, todo producto concebido para mantener alejada la competencia de su puesto de honor, debe adaptarse a la sociedad que intenta representar. Así, Barbie sumó razas, profesiones y habilidades a su repertorio, fortaleciendo su campaña de inclusividad y agregando a sectores antes marginados.

Tras más de seis décadas de reinvención a través una feroz mercadotecnia volcada en juguetes, accesorios, cosméticos, libros, videojuegos y películas para niños, la directora Greta Gerwig decidió lanzar la película en acción real. La anticipación alimentada en meses de publicidad en todas sus formas posibles, fue la esperada para acoger el largometraje con actores de carne y hueso que representaban a personajes de plástico. Aunque esta vez Barbie es la protagonista de su propia historia y no un accesorio de cuentos clásicos, no hay mucho que relatar.

En Barbielandia, todas las chicas se llaman Barbie y todos los chicos Ken (excepto Allan). Ni siquiera el cielo es límite para las mujeres aquí, donde en una única avenida con mansiones de ensueño, se codean ganadoras del Pulitzer, presidentas, doctoras o hermosas sirenas. Los hombres funcionan como accesorios, perfectamente prescindibles pero importantes para otorgarle “credibilidad” a ese universo creado en las mentes de los más pequeños. En esta rosa utopía, la rutina se altera cuando Barbie Estereotípica (el modelo clásico que todos conocen) empieza a tener pensamientos diferentes. El largo y doloroso proceso de autoconciencia comienza con la mención de la muerte, impensables caídas, celulitis y pies planos. Todo lleva a la protagonista a pedir ayuda a su semejante rara (un juguete maltratado), que la conmina a buscar respuesta en el mundo real, aquel donde viven los titiriteros de Barbielandia y específicamente, la persona conectada con ella que provocó todo.

“Barbie” es un homenaje a la carrera de la famosa muñeca y su historia a través de los años. Su primera aparición en el filme rememora al prototipo pionero que invadió los mercados. Fotograma.

Semejante al Pinocho de Collodi, Barbie y su eterno acompañante masculino, se embarcan en un viaje para descubrir lo que significa ser humano. Mientras la primera adquiere la noción de que fuera de los límites de su reino no todos parecen apreciarla, el segundo descubre que en este mundo son los Ken quienes tienen el poder.

Bajo el mando creativo de Greta Gerwig (“Little Women”, “Lady Bird”) y su compañero Noah Baumbach (“Marriage Story”, “The squid and the whale”), el proyecto contó con conocidos del estilo de Rodrigo Prieto (“Brokeback Mountain”) en la cinematografía, la oscarizada Jacqueline Durran en el vestuario y Sarah Greenwood (“Beauty and the Beast”) en el diseño de producción. Todos contribuyeron al universo de vívidos colores e incontables detalles que forman el universo de la muñeca más famosa del mundo. Al ritmo de la banda sonora integrada por canciones de Lizzo, Sam Smith, Khalid y Dua Lipa, Barbielandia se convierte a los ojos del espectador no solo en explosión de sensaciones y estilos, sino además en el recuento histórico de toda la evolución de Mattel a lo largo de 60 años.

Margot Robbie como la Barbie Estereotípica resulta la elección perfecta. Más allá de sus cualidades físicas que emulan sin esfuerzo a las de la muñeca homenajeada, aporta simpatía y color al personaje. Sus transiciones van desde el más ingenuo optimismo, pasando por los dolorosos (y la vez maravillosos) descubrimientos del mundo real hasta las gesticulaciones propias de un juguete que siente que todo lo que está sucediendo sobrepasa las funciones para las que fue creada. Ryan Gosling aporta frescura entre tanta representación lineal y al igual que la Robbie, una galería de sentimientos encontrados. Su Ken es romántico y sensible, pero también hilarante una vez redefinido como macho alfa, y estupendo cuando se permite pensar en sí mismo como algo más que un accesorio de las Barbies. Mención notable merecen además Kate Mc Kinnon y América Ferrera en sus respectivos roles de Barbie Rara y Gloria.

Margot Robbie (Barbie) y Ryan Gosling (Ken) aportan carisma y gracia a la icónica pareja de Mattel. Fotograma.

 Si algo puede alabarse del filme es la tenue capa de ironía que parece cubrirlo en su totalidad, como el predominio del patriarcado incluso en la directiva de Mattel o la aseveración hecha por la narradora de que, gracias a Barbie, todos los problemas del feminismo están resueltos. Inspirador también el discurso de Gloria acerca de los conflictos y desafíos que nunca parecen abandonar a la mujer en la sociedad. No hay duda que se critica el statu quo, la inequidad de géneros y hasta algunas decisiones comerciales de la empresa productora de la rubia muñeca, pero todo ello unido al tono ligero y los fabulosos escenarios con vestuario a juego, denotan que “Barbie” no tiene intenciones de ir mucho más allá. En un momento se llega a olvidar quienes son los juguetes y quienes los humanos, ya que la plasticidad impregna todo posible esfuerzo de histrionismo. Definitivamente, el mundo de Barbielandia puede ser nocivo para el ejercicio de la sinceridad.

El rejuego y los dobles sentidos trascienden como meros guiños al espectador más ocupado en descifrar la personalidad tras el disfraz y el experto en asuntos de la Mattel, la combinación que hizo furor en los ´80. Nada de lo que se muestra se presta a una segunda lectura. Vamos, que la intención no es reflexionar, solo pasar un buen momento y tomar prestados el esfuerzo de otros mejores (perdónenos, señor Kubrick).

Desde su creación en 1959, Ruth Handler concibió a Barbie como la nueva pauta en el juego infantil. Nunca fue una muñeca solamente con la que jugar, sino además el paradigma de mujer adulta que podía llegar a ser cualquier cosa con solo proponérselo. Tristemente, sus ideas de empoderamiento se torcieron en el camino, y la pretendida diversidad no estuvo lejos de la esperada. La rubia Barbie fue emblema del glamour y la moda, pero también prototipo injusto de belleza, icono sexual para algunos no tan pequeños, nefasta influencia para la autoestima de cientos de niñas que no cumplían con el estándar de sus rasgos o de aquellas otras que se dejaron cambiar por la cirugía para lograrlo.

Cierto, lejos está la época de la figura unilateral en traje de baño. El color de su piel ya incluye varios tonos, se han hecho ediciones para incluir sectores con necesidades especiales y los oficios abarcan a aquellos antes solo exclusivos para hombres. La mítica muñeca basada en la hija de Handler se ha adaptado simplemente al consumidor de cada época. Por ello, el filme de Gerwig menciona los pecados del pasado, pero se apresura a cubrirlos con la purpurina del presente.

El filme está diseñado para sectores específicos de la sociedad e intenta lanzar un mensaje de inclusión que no va más allá de los rosáceos límites de “Barbielandia”. Fotograma.

No me malinterpreten, el filme es un proyecto endiabladamente bien estructurado para robarse el corazón de varios sectores. Nostalgia y reconocimiento se suman al rosa universo construido en semanas de publicidad y años de juego. No puedo pensar en otra mejor directora para “Barbie” que Greta Gerwig, cuyos filmes sobre el empoderamiento femenino se erigen como feroces llamadas de atención.  Al abrazar el proyecto de Mattel, le imprimió una complejidad inusual para los clásicos filmes que se han realizado sobre la muñeca. Cierto, también aquí se ve el esperado “chicas luchando por sus sueños” pero también la crítica burlona contra el patriarcado, la masculinidad tóxica y hasta las propias modificaciones de la empresa en cuanto a la imagen del juguete con el objetivo de ampliar su área de consumidores.

Sin embargo, el marcado estilo de Gerwig en el filme no es suficiente para cubrir las intenciones comerciales de la corporación. Mattel puede que esté en el blanco de las lapidaciones, pero tal “sacrificio” solo lo hace resurgir cual ave fénix, limpio de pecados y listo para vender una nueva generación de muñecas con el rostro de Robbie. No rompo lanzas contra el envoltorio rosa, sino contra su preponderancia sobre el contenido. Indudablemente, “Barbie” será recordada por su revisión de la icónica imagen y la elaborada recreación del mundo imaginado por miles de niños. Su crítica social y apoyo del empoderamiento le garantizaran también varias estatuillas de la Academia. Pero las intenciones mueren justo después del magnífico cartel de “Barbielandia”.

Es decir, a pesar de su nombre, el filme no alcanza a mostrar las complejidades de su protagonista en cuanto a fenómeno social ni es convincente en la lucha por la igualdad de género. El personaje central termina permitiéndosele ser humana, pero Ken pagará de por vida sus intentos por convertirse en algo más que un accesorio. Por supuesto, había que honrar la sentencia de que “Barbie puede ser lo que ella se proponga” … mientras sea Barbie.

Si tuviera que elegir, seguiría prefiriendo la crítica plana pero directa de Los Simpsons a través de su Malibu Stacy. Gerwin y la Mattel se niegan a profundizar en las zonas oscuras del universo rosa, donde viven los cientos de niñas que solo pudieron soñar con Barbie a través del cristal de una vitrina o aquellas otras, que una vez adultas, desafiaron toda convención de belleza y glamour y aun así, alcanzaron sus sueños.

Son estas últimas quienes portan el verdadero poder, y ya en pleno siglo XXI, debería ser ampliamente conocido que la megacorporación de la icónica muñeca nunca ha jugado un papel decisivo en ello, pese a lo que intentan vender. Así lo expresaba en un ensayo del 2014 la escritora norteamericana Rebecca Haines: “Mattel es el quinto mayor propietario de licencia por ventas a nivel mundial, con 7 mil millones de dólares. Con bolsillos tan profundos, tiene una larga historia de comprar insidiosamente el camino de Barbie en espacios juveniles progresistas, en un esfuerzo por lavar sus problemas mediante su asociación con marcas creíbles de empoderamiento para las niñas” [1].

 [1] Haines, Rebecca. 5 Reasons NOT to Buy Barbie for Little Girls (It’s Not Just Body Image!), en https://rebeccahains.com/2014/12/15/5-reasons-not-to-buy-barbie/

Ficha Técnica

🎬 Título: Barbie
⭐️ Calificación: 6.4/10 (18250 votos)
📅 Año: 2023
Duración: 114 min.
🗺 País: Estados Unidos
👤 Dirección: Greta Gerwig
✍️ Guion: Greta Gerwig, Noah Baumbach, Mattel
🎵 Música: Mark Ronson, Andrew Wyatt., Dua Lipa, Billie Eilish, Karol G
📷 Fotografía: Rodrigo Prieto
👥 Reparto: Margot Robbie, Ryan Gosling, America Ferrera, Kate McKinnon, Will Ferrell, Michael Cera, Simu Liu, Dua Lipa, Connor Swindells, Rhea Perlman, Alexandra Shipp, John Cena, Ariana Greenblatt
🏢 Productora: Warner Bros., Heyday Films, Mattel, LuckyChap Entertainment
🔰 Género: Comedia, Fantástico

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