✍️ Shingeki no Kyojin: La oscura división entre hombres y monstruos

Al principio, fue el caos. Todo el terror del mundo en los ojos del niño que ve a su madre siendo devorada por un gigante y otro lo contempla desde la rota muralla que se creía irrompible. Así nació el demonio de Paradis, aquel que aniquiló al 80% de la humanidad mientras el resto de los sobrevivientes, entre los que se encuentra su amigo Armin, se preguntan ante los restos de la destruida Liberio “si quizás hubiera otro camino, uno diferente”. Es posible, porque para algunos todo comenzó realmente cuando otro pequeño quiso mostrarle el mundo fuera del gueto a su hermanita, o una esclava huérfana decidió darles a los cerdos lo que ella nunca tuvo: libertad. Pudiera enmendarse los errores del pasado para evitar los horrores del futuro, pero ello conllevaría repetirlos sin remedio. Y el único con tales poderes para hacerlo prefirió dejarnos su épica historia como ejemplo. Alabanzas entonces para la omnipotencia del verdadero Titán de Ataque, que no nació en Shiganshina, sino en la prefectura de Oita y su nombre es Hajime Isayama.

Varias editoriales rechazaron sus dibujos por considerarlos demasiado lineales. Le exigieron cambiar su visión para poder vender. Pero él optó por mantener su libertad creativa y esperar el momento adecuado. Hasta que, en el 2006, Bessatsu Shonen Magazine aceptó publicarle y el primer número salió en septiembre de 2009. Videojuegos, la lectura de historietas, Godzilla, experiencias laborales o hasta las mismísimas montañas de su aldea natal sirvieron de inspiración a aquel joven artista con complejos de inferioridad, porque a pesar de que amaba dibujar mangas, no se ha considerado jamás entre los grandes.

Y así nació “Shingeki no Kyojin” (Attack on Titan), la verdadera génesis, la luz antes de la luz, antes incluso que Ymir y la mística criatura del árbol se fundieran en un abrazo que cambiaría el destino de la humanidad. Como Isayama y Wit Studio, el proyecto recién creado, él único que se arriesgó en llevar el manga al anime, cuando nadie más se interesó. Tetsuro Araki (Death Note) fungió como director de las tres primeras temporadas.  Y si la historieta ha probado su valía con ventas de más de 110 millones de copias hasta la fecha, la versión televisiva, gracias a su fidelidad, no se quedó atrás en acogida y alabanzas.

Wit Studio, el único que se arriesgó a plasmar la obra de Isayama se destacó por entregar una animación soberbia, tanto en las secuencias de combate como en el cuidado del ambiente y la recreación del más mínimo detalle pero su sucesor, Mappa, también brindo un trabajo formidable.

Tras pasar el umbral del primero capítulo, resulta fácil reconocer la rutina de luchar o ser devorado. Pero llegar a ella puede convertirse en una inmersión traumática. Imagine vivir tras muros oyendo historias sobre el terror que acecha en las afueras, hasta que un día, dicho terror deja de ser historia para volverse cotidianidad. La ya icónica escena del Titán Coloso asomando su rostro por sobre la Muralla María ha quedado plasmada en todo tipo de posters, así como en la memoria de miles de espectadores. No obstante, con el paso de los capítulos, y ya identificada como seguidora de la línea shonen [1], la adaptación televisiva del manga se granjeó no pocos detractores que la acusaron de lineal y poco innovadora. Es decir, no caía fuera de la típica historia de “jóvenes que batallan contra fuerzas sobrenaturales que amenazan su existencia”. Por suerte, “Shingeki no Kyojin” es mucho, mucho más.

Las tres primeras temporadas hechas por Wit Studio entregan una bellísima y espectacular animación. Quizás los momentos más reveladores de ello recaen en los momentos en que se emplea el Equipo de Maniobra Vertical, la poderosa arma del Escuadrón de Operaciones Especiales que balancea la lucha contra los titanes. Cada secuencia de combate plasmada en el seguimiento cinemático de los personajes a través de las calles y techos de las ciudades torna las escenas de lucha en eventos inolvidables. Studio Mappa se hizo cargo de la cuarta temporada. Aunque muchos criticaron tal cambio, esta compañía también supo mostrar con excelencia eventos medulares de la historia como el enfrentamiento con el Titán Martillo de Guerra o el Retumbar. Cierto, no escatiman las escenas violentas, rozando en ocasiones el gore, pero ilustran una historia de supervivencia, y aun así se las arreglan para balancear las más bellas imágenes naturales, secuencias de cómo la vida continúa en medio del terror.  Obra de arte de principio a fin, absoluto deleite visual que puede llegar a robar el aliento cuando se es testigo de la complejidad de la perfección.

Todo proyecto audiovisual que tenga como objetivo alcanzar miles de seguidores también necesita el himno para aunarlos en un solo canto. Y al igual que el resto del equipo, la banda sonora resultó el trabajo más reconocido de sus realizadores. Hiroyuki Sawano (con la colaboración de la banda Linked Horizon en algunos temas) asumió la tarea entregando su habitual mezcla de elementos orquestales y vocales con rock electrónico. Usualmente emplea tonos suaves y nostálgicos para las suites del final y marchas militares o sinfonías trepidantes para los comienzos. En la mayoría de los animes la música solo se inserta como accesorio de asociación, pero en “Shingeki no Kyojin” las cuatro temporadas han sido un viaje memorable no solo por la vida sus personajes, sino además por la impecable galería de canciones compuestas para acompañar sus sentimientos.

Si “Call your name”, “Apple Seed” o “The reluctant heroes” son magníficas, los inicios de cada capítulo van al siguiente nivel y reflejan el alma de cada temporada. “Guren no Yumiya” (Crimson Bow and Arrow) siempre será la identificación por excelencia de la serie, la alarma de combate. “Jiyuu no Tsubasa” (Wings of Freedom) funge como declaración de principios mientras que “Red swan” es un melancólico retorno a la infancia. “Shinzo o Sasageyo” (Sacrifice your heart) califica como el mencionado himno, aquel que con los primeros acordes, logra que multitudes se lleven el puño al pecho. “The rumbling” es el ejemplo de universalización de la serie, cuando resulta obvio que desde hace años, tanto el manga como el anime rebasaron las fronteras de Japón.

“Shingeki no Kyojin” tiene entre sus fortalezas la compleja construcción de personajes, donde todos cargan con el peso de sus acciones y sentimientos, aspecto que supo representar de forma magistral el reparto de voces.

Finalmente, al ser adaptación fiel del manga, la serie también hace gala de una trama que se complejiza tras cada temporada, con giros inesperados y traiciones en cada esquina. Cierto, las escenas de lucha califican de impecables, pero es la construcción de personajes la verdadera fortaleza de “Shingeki no Kyojin”. Desde el primer al último capítulo hemos visto crecer a los tres principales (Eren, Mikasa y Armin), comprender sus temores, obsesiones o hasta sus actos más reprochables. Nadie es perfecto o imprescindible. En el mundo donde existen enemigos gigantes que ponen en peligro tu vida, los verdaderos humanos pueden también ser egoístas o confesarse cobardes. Asimismo, para aquel espectador demasiado apegado a un personaje, este puede convertirse en alguien diferente o simplemente encontrar su fin de la manera más inesperada. Y el fenomenal reparto de voces supo estar acorde con toda esta gama de emociones vividas.

En honor a la verdad, varios personajes como Eren Yeager o Levi Ackerman sufrieron ligeras modificaciones respecto al manga. Ambos en la historieta son más carismáticos y sociales, mientras que en la serie televisiva son reducidos prácticamente a parias fanatizados por sus objetivos, en aras de apegarse a la vertiente shonen.

Pero en toda adaptación siempre habrá críticas de todo tipo, pues hasta la representación 100% fiel recibe entonces lanzas por la nula creatividad. Lo cierto es que el trabajo de Wit Studio dotó a la obra de Isayama de colorida acción sin salirse demasiado de la visión original. Respeta además las notas aclaratorias hechas por el autor al final de cada capítulo. Es decir, el alma del creador nunca se desprendió de la versión llevada a la pantalla.

Definitivamente, “Shingeki no Kyojin” es la imagen de su tiempo. Evidencia influencias del tan querido mecha de los 80 con la complejidad temática de los 90 (gracias Neón Génesis Evangelion) sumado a la cada vez más aclamada fantasía oscura. Cierto, ha tenido la ventaja de animes anteriores que le abrieron el camino del espectador mundial. En pleno siglo XXI, donde autodenominarse otaku es prácticamente una cuestión de principios, la obra de Isayama y su adaptación han triunfado gracias también a otros como Tezuka Osamu, Studio Ghibli, Hideaki Anno o Mamoru Oshii. Ello sin contar las obras alternativas que ha inspirado la lucha entre eldianos y marleyanos, que va desde los spins off del manga, videojuegos y películas en acción real.

La serie televisiva, con la excepción de ciertos retoques para acomodar más el guion con la vertiente shonen, resulta un reflejo insuperable de la historia escrita por Isayama.

El tema del enfrentamiento a monstruos y el hombre como presa y no el usual depredador, no es novedoso. Asimismo, adolescentes que llevan sobre sus hombros el peso de la trama quizás constituya el hilo conductor más empleado por el anime japonés. Pero la obra de Isayama domina el arte del suspenso, la maestría de mantener en vilo la atención del espectador hasta que, de pronto, hace desaparecer el suelo bajo sus pies. A partir de la cuarta temporada se rompe la visión contada desde el capítulo 1. No más shonen, sino una imagen demasiado parecida al mundo real: la humanidad es el mayor peligro para sí misma, más que cualquier titán.

La transición de por sí resulta brutal. Empezamos con la fantástica historia sobre gigantes depredadores en una época cercana a la Edad Media, y terminamos con escenas que parecen sacadas de filmes sobre las Guerras Mundiales. Es otro recuento acerca de la perseverancia del rencor, la crueldad infinita del hombre contra sus semejantes en la lucha insana por el poder. Así lo plasma las palabras del general marleyano a su pueblo para explicarle el porqué del Retumbar, la causa de millones de muertes: “Culpamos por todos nuestros problemas a la Isla de los Demonios, y como resultado, un demonio nació para devolvernos todo el odio que propagamos” [2].

Como en todo anime, hay escenas simpáticas o cercanamente patéticas en ocasiones para enfrentar los momentos extremos, pero prima por lógica el miedo, la decepción y la xenofobia. A partir de la cuarta temporada ya el enemigo tiene rostro definido. Sin embargo, a medida que progresa la trama las nuevas verdades absolutas ya no lo son tanto y el villano cambia de apariencia en cada esquina. Los marleyanos crearon los guetos y un régimen de terror, pero ¿quién los subyugó durante siglos y llevó su tribu al borde del exterminio? Eren es el producto de siglos de enfrentamientos, el arquetipo de la frase de Nietzsche de la que Isayama se apropia: “Para superar a los monstruos, debes estar dispuesto a abandonar tu humanidad”.

A pesar de ser una historia sobre la supervivencia, los horrores de la guerra y las consecuencias del odio, en “Shingeki no Kyojin” también resultan medulares el valor de la amistad, el sacrificio y sobre todo, el amor.

Quizás lo que más estimo de “Shingeki no Kyojin” está el hecho de haber mantenido rosas entre tantas espinas. Alucinante ha sido este viaje en la lucha por la esperanza de un mejor mañana, en la inconmovible noción del deber, el llamado a las armas para defender a los suyos aunque se sepa que, posiblemente, no saldrán con vida. El concepto de la amistad sufre viscerales transiciones. Mantiene la cohesión del grupo y el sentido de la existencia para muchos, pero asimismo provoca el derrumbe moral de otros como Armin, que pasa de pacifista a genocida. Igual de memorable es la unión entre los eternos enemigos para enfrentar el mal en común.

En la obra de Isayama hay también mucho amor. Quizás no resulte tan obvio como el resto de los sentimientos, aunque una vez que se manifiesta, no existe espacio para nada más y deja imágenes imborrables: Mikasa Ackerman, espada en mano y atravesando un infierno de muerte y oscuridad, se dispone a terminar con el sentido de sus días, la columna que soporta la pesadez de su presente. Lo hace consciente de que también en cierta forma, está matando su propia alma. Tanta belleza en pocos minutos hace de este momento uno de los que pasarán a la historia del manga y anime japonés.

No menciono las referencias políticas y asociaciones de todo tipo que han hecho las redes sociales sobre la historia. El propio autor ha mencionado que sería totalmente descortés por su parte pensar por los lectores. Es indudable que su obra tiene referencias con varias figuras y eventos de la historia, pero los deja a la imaginación de cada cual.

Para no pocos será el crudo despertar de diez años de ensueño: “Shingeki no Kyojin” ha llegado a su fin. Han sido diez años de un épico viaje que comenzó como simple aventura y terminó discutiendo el mismo sentido de la justicia y desdibujando la difusa línea entre hombres y monstruos. Las palmas eternas para el dibujante e historietista japonés, que no dudó en sacrificar su criatura con un epílogo que agradó a pocos pero no afectó su libertad creativa. El anime retocó varios aspectos, quizás en los pocos momentos en que se acudió al fan service, pero mantuvo en general el final concebido por el autor. Al fin y al cabo, como Titán de Ataque y Fundador, Isayama tuvo el poder de mostrarnos, en palabras de Mikasa, que “este mundo es cruel pero también muy hermoso”.

[1] Categoría del cómic japonés dirigida a adolescentes, principalmente en los géneros de acción y aventuras, cuya trama más reconocida es la lucha contra monstruos.

[2] Isayama. Hajime. Attack on Titan. Capítulo 134, página 13. Noviembre 2020.

Ficha Técnica

🎬 Título: Ataque a los Titanes (Serie de TV)
⭐️ Calificación: 7.9/10 (16891 votos)
📅 Año: 2013
Duración: 22 min.
🗺 País: Japón
👤 Dirección: Tetsurō Araki, Hiroyuki Tanaka, Shinpei Ezaki, Kiyoshi Fukumoto, Makoto Bessho, Masashi Koizuka, Shintaro Itoga, Yasushi Muroya, Tomomi Ikeda, Keisuke Onishi, Yoshihide Ibata, Satonobu Kikuchi, Daisuke Tokudo, Takayuki Hirao, Tetsuya Wakano
✍️ Guion: Yasuko Kobayashi, Koji Seko, Noboru Takagi, Hajime Isayama, Hiroshi Seko, John Burgmeier, J. Michael Tatum
🎵 Música: Hiroyuki Sawano
📷 Fotografía: Kazuhiro Yamada
👥 Reparto: –
🏢 Productora: Kodansha, Mainichi Broadcasting, Pony Canyon, Production I.G, Wit Studio, FUNimation Entertainment, Dentsu Inc
🔰 Género: Serie de TV, Animación, Acción, Fantástico, Aventuras

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