En una publicación reciente, Pavel Durov, fundador de Telegram, ha criticado duramente a las aplicaciones de mensajería Signal y WhatsApp por su falta de transparencia y sus posibles vínculos con el gobierno de los Estados Unidos.
Durov se basa en una historia compartida por Jack Dorsey, el CEO de Twitter, para afirmar que los líderes actuales de Signal son en realidad “activistas” utilizados por el Departamento de Estado de EE.UU. para promover cambios de régimen en el extranjero.
Además, Durov señala que el cifrado utilizado por Signal fue desarrollado con fondos del gobierno de EE.UU. (3 millones de dólares) y que este mismo cifrado se implementa ahora en aplicaciones como WhatsApp, Facebook Messenger, Google Messages e incluso Skype. Esto, según Durov, sugiere que a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses no se les permite crear sus propios protocolos de cifrado independientes de la influencia del gobierno.
Durov también critica la falta de mecanismos de verificación en Signal y WhatsApp. Afirma que ha recibido numerosos informes de personas cuyas conversaciones “privadas” en Signal han sido utilizadas en su contra en tribunales o medios de comunicación estadounidenses. Sin embargo, cuando se cuestiona el cifrado de Signal, la respuesta típica de la empresa es que “son de código abierto” y que “cualquiera puede verificar que todo está bien”.
Durov argumenta que esta afirmación es engañosa, ya que Signal no permite a los investigadores verificar que el código de GitHub sea el mismo que se utiliza en la aplicación real. A diferencia de Telegram, Signal no ofrece compilaciones reproducibles para iOS, lo que impide una auditoría independiente. WhatsApp, por su parte, ni siquiera publica el código de sus aplicaciones.
Durov concluye su publicación afirmando que Telegram es el único servicio de mensajería popular que permite a los usuarios verificar que todas sus aplicaciones utilizan el mismo código fuente abierto publicado en GitHub. Los chats secretos de Telegram, según él, han sido el único método de comunicación popular verificablemente privado durante los últimos diez años.
